España cierra su década de oro con 44 medallas

Cuando la Selección femenina logró el domingo pasado el bronce en el Mundial, redondeó la década más brillante de la historia del baloncesto español: 44 medallas en competiciones oficiales desde 2001, doce de ellas en categoría absoluta repartidas a partes iguales entre hombres y mujeres, seis por cabeza. Para poner en perspectiva el calibre del logro, antes de esta década, España sólo llevaba siete metales absolutos: seis en chicos (la plata de Los Ángeles, cuatro segundos puestos continentales y un bronce europeo) y uno en chicas (el campeonato de Europa del 93).

Y los resultados en categorías inferiores parecen garantizar un futuro brillante: 28 medallas desde Sub-20 hasta Sub-16, con veranos tan espléndidos como el de 2009, cuando las distintas selecciones lograron seis medallas, tres de ellas de oro. El relevo ya está en camino.

Cabe reseñar que, en el balance general de la década, se han obtenido más medallas en mujeres (24) que en hombres (20), convirtiendo al baloncesto en uno de los emblemas del crecimiento del deporte femenino español.

Para encontrar los orígenes de esta explosión hay que remontarse al siglo pasado. En los chicos, a aquel Mundial júnior del 1999 en Lisboa, donde saltaron al primer plano los júniors de oro, base de los éxitos posteriores: Navarro, Pau Gasol, Felipe Reyes, Calderón (lesionado en aquel torneo, pero parte del grupo)... En las chicas, al oro del Europeo 93 donde una cadete llamada Amaya Valdemoro participó en la concentración previa y aprendió lo suficiente para liderar los éxitos posteriores. Y en la gestión, a la llegada de José Luis Sáez y su equipo al frente de la FEB (1998), emprendiendo un proyecto de renovación cuyos frutos han sido indiscutibles. Entre todos han convertido la década en memorable.