Que se lesione un jugador de 33 años (Pablo Prigioni) por un golpe fortuito en la mano, posiblemente nervioso dos días después de haberla liado en el derbi (faltó al respeto a los compañeros y discutió con el entrenador; luego reconoció su error y se disculpó), entra dentro de lo normal. Más difícil de digerir es que el sustituto apuntado por Messina, Jorge Sanz, un base de 17 años, caiga lesionado el día que sale a la luz la decisión. "Sólo falta que alguien se quede embarazado", dijo el técnico hace unos meses, y podría repetirlo.

Sanz estará dos semanas KO por una luxación en un hombro. Pese a las bajas, el Madrid no tiene, de momento, previsto fichar a un base (Cabezas dice que no aceptaría un contrato temporal). La responsabilidad recaerá en los dos Sergios, Rodríguez y Llull, este último clave en la dirección ante el Estu. Sin embargo, el club sí vigila el mercado atento a la posición que ocupe finalmente Velickovic.

Un alero.

La plantilla se diseñó con el serbio en el puesto de alero, pero que se sienta más cómodo de cuatro, de falso pívot­, y el buen arranque de Suárez pueden empujar al Madrid a acudir al mercado para traer un alero. Sólo es una posibilidad, no hay decisión tomada, ni tampoco urgencias. Con Velickovic por dentro, al Madrid le sobrarían ala-pívots: Reyes, Garbajosa y Mirotic también están en la lista. Los minutos del canterano­ Mirotic quedarían así muy reducidos y, dado que en el club le consideran clave para construir el futuro, podría ir cedido a otro equipo ACB. Otra opción es que Velickovic funcione de alero y surja alguien interesante para el puesto de cinco, un pívot más duro que Tomic (talento puro) y Fischer (atlético e intimidador, pero que no se pega).

Quejas de muchos abonados

Los abonados del Real Madrid están molestos con el club porque muchos de ellos aún no han recibido el pase para esta temporada, con la Liga ya empezada y a tres días de que los de Messina­ se estrenen en la Caja Mágica. Este verano ha sido difícil para el club blanco con el cambio de pabellón, pero muchos abonados recuerdan que en temporadas precedentes la campaña de renovación siempre empezó más tarde que en otros sitios y no nada más acabar la temporada, como hacen otras entidades. El problema es que estas campañas no dependen de la sección, sino directamente del club, algo que podría variar para la próxima temporada. Pese a los inconvenientes, el Madrid roza ya los 5.000 abonados, cifra que manejaba en el curso anterior y podría superar esa barrera si el equipo ofrece una buena imagen.