Scariolo, ¿le suena un tal Suárez?
Viendo desde la grada del Sinan Erden de Estambul cómo Serbia martirizaba a la Selección con sus enormes aleros (Bjeliça de 2,09 y Keselj de 2,03) pensaba "pobre Scariolo, que no tiene ningún tres alto para competir con estos tipos". Porque, claro, qué culpa tiene el seleccionador si no sale en España ningún jugador de, digamos, 2,02 metros, que ayude al rebote y sea un defensor competente capaz de anotar de fuera y al poste bajo. Bueno, ninguno excepto un tal Carlos Suárez, pero qué iba a saber el pobre Scariolo si sólo era un chaval del Estudiantes que acababa de ser nombrado mejor español de la ACB tras promediar 11,3 puntos, 5,6 rebotes y 17,7 de valoración. Poca cosa.
Así que Suárez fue el último descarte y a Turquía viajaron el intocable Mumbrú, Claver para agitar la toalla y San Emeterio para jugar mucho menos de lo que merecía. Suárez se quedó viéndolo por la tele y Scariolo justificó su ausencia insinuando que no estaba maduro para citas de tanta presión. Sí, ya se vio ayer. Con el ambiente enrarecido en el Madrid tras la debacle en la Supercopa, en su primer partido ACB con su nuevo equipo, en la cancha de su ex de toda la vida con la Demencia increpándole, el chico inmaduro decidió con un partidazo bestial. Para estar verde, disimula fenomenal.