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Otro suplicio en ciernes para Messina

Barça, un equipazo consolidado, rebosante de poder y talento. Real Madrid, un puzzle con bonitas piezas, pero aún sin esquema ni cohesión. Power Electronics Valencia, la alternativa emergente, el tapado con arsenal atómico. Caja Laboral, el campeón huérfano de su gran baluarte, Splitter. Esa fue la presentación de credenciales en la antesala de la nueva temporada ACB, la Supercopa. Quedan muchos meses por delante hasta el examen final, pero es evidente que los aciertos o errores del año anterior influirán en la nueva ejecutoria de cada equipo. El Barça, campeón de Euroliga y Copa, será de nuevo el equipo a batir en todos los frentes, con un solo cambio en su plantilla (Perovic por Trías). Es un gran ejemplo de proyecto bien planificado, con réditos a corto y medio plazo.

En el Madrid, todo lo contrario. El fracaso del año pasado hace que Messina deba partir casi de cero en un nuevo proyecto. Los fichajes parecen correctos, pero se insinúan posibles carencias. En comparación con sus rivales, al Madrid le faltan buenos triplistas. Tucker no parece suficiente, sobre todo si su discreta eficacia defensiva le lleva al banquillo más minutos de lo previsto. Tampoco está claro quiénes serán los titulares de referencia. A los veteranos ilustres (Prigioni, Reyes, Garbajosa) les falta chispa y a los jóvenes en alza (Sergio, Velickovic, Tomic), madurez. A todo ello se une el caso Llull. Descartado ya como nuevo Corbalán tiene difícil ser un escolta resolutivo. Duro panorama para Messina, que quizá le dijo sí quiero al Madrid en mal momento.