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Baloncesto | Regal Barça - Real Madrid

El Madrid comienza su asalto al poderoso Barça

La Supercopa mide al renovado equipo blanco con el estable grupo azulgrana

<b>LOS MUNDIALISTAS. </b>Prigioni (Argentina), Garbajosa, Tomic (Croacia), Felipe Reyes, Velickovic (Serbia) y Llull son los seis madridistas que compitieron en Turquía.
fito gonzález

El segundo capítulo de la era Messina comienza a lo grande. ¿Qué mejor manera de intuir desde el inicio el valor real de este nuevo Madrid que enfrentándose de salida al todopoderoso Barça­? Porque, pese a la rebelión del Caja Laboral en la final ACB, liderada por ese enorme Splitter al que tanto añorará Vitoria este curso, el trono es azulgrana: campeón de Supercopa, Copa del Rey y Euroliga arrollando al Madrid por el camino con siete triunfos en ocho enfrentamientos.

Con semejante bagaje, el Barça ha apostado por la continuidad con sólo el fichaje de Perovic, 217 centímetros de eterna promesa que completan un juego interior casi abusivo junto a Lorbek, Vázquez, Ndong y Morris. Una barbaridad. Con la llegada de un cinco puro, físico e intimidador como D'or Fischer­ más el previsto (aunque no mostrado en el Mundial) crecimiento de Tomic, la eterna fiabilidad de Felipe Reyes, la manita de Garbajosa y la irrupción de Mirotic, Messina espera poder dar una digna réplica en el juego interior.

Mejoría.

Algo parecido ocurre en el puesto de alero, donde treses potentes físicamente como Mickeal, Qyntel Woods o Alan Anderson destrozaron sistemáticamente al Madrid. Sin embargo, la reconversión definitiva de Velickovic (éste sí notable en Turquía) y la llegada de Carlos Suárez suponen un salto sideral respecto a los Hansen y Almond, que convirtieron el puesto en un agujero negro.

Hasta aquí, a los blancos les van saliendo las cuentas, pero luego llegan Ricky y Navarro y competir se torna una heroicidad. El stock del base está en su punto más bajo tras su mal Mundial, pero el mero hecho de que juzguemos a un chico de 19 años con estándares tan altos ya expone el calibre de jugador del que hablamos. En cuanto a Navarro, no perderé tiempo ni espacio: el mejor jugador del mundo FIBA. Punto.

Así que, como en la vida misma, la sustancia está en el interior pero el exterior es lo decisivo. Y ahí surge un nombre: Sergio Rodríguez. Un caso de libro de enorme proyecto estancado por irse demasiado pronto a la NBA. Sin embargo, el talento permanece, tiene sólo 24 años y las sensaciones en pretemporada han sido fabulosas. Al fin en un hábitat favorable, si recupera la magia y entiende la pausa, su conexión con Llull puede situar al Madrid en órbita. Donde le espera el Barça. El reto empieza en la Supercopa.