Argentina se enfrenta a una década de pesadilla

La palabra intrascendente no existe en un España-Argentina, sea un amistoso, una final o un partido por el quinto puesto. La albiceleste siempre enseña los dientes y es que, a pesar de conquistar un subcampeonato mundial en Indianápolis 2002 o el oro olímpico en Atenas 2004, a la Argentina de Scola, Oberto o Delfino España se le ha atragantado y mucho. Encadenan diez derrotas consecutivas (la última victoria fue en el Mundial de Canadá en 1996 en el duelo por el noveno puesto) y ninguno de los 12 que están en Turquía sabe lo que es ganar a los españoles.

Por eso, en Argentina se lo toman como una revancha. Y no sólo porque con la generación de oro del baloncesto argentino en la recta final de su carrera quieran sumar su primera victoria ante la generación, también dorada, del baloncesto español. Hay más motivos. Por ejemplo, aquel no triple de Nocioni en las semifinales del Mundial de Saitama, que aún planea por Japón. "La idea era estar más arriba, luchar por las medallas, pero la realidad es otra y ahora nuestro tope es ser quintos. Esta es nuestra final", confiesa Luis Scola (27,8 puntos) que, salvo sorpresa, será uno de los cinco hombres de este Mundial.

Navarro, en el quinteto ideal

Navarro estará en el quinteto ideal del torneo, en el que Durant y Scola se disputarán el MVP. "Tenía mucha presión encima, pero cuando se la ha quitado ha salido como el gran jugador que es", confesaba Scariolo. Sus números ratifican las palabras del técnico. El del Regal Barça comenzó con 17 puntos ante Francia, 18 ante Nueva Zelanda y otros 18 con Lituania. Por sus problemas de espalda jugó tocado ante Líbano (5) y descansó ante Canadá. Desde que llegó a Estambul para la fase final no baja de los 20 puntos: 22 (Grecia), 27 (Serbia) y 26 (Eslovenia). En resumen, 19 puntos de media y el tercer mejor alero tras Durant (22,1) y Delfino (19,8). El duelo entre el de los Bucks y Navarro promete.