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Baloncesto | Mundial 2010 | El cuaderno de Antoni Daimiel

El juicio a jugadores y técnicos debe ser global

Antoni Daimiel

Secuelas.El aficionado, lógicamente, sigue debatiendo sobre la derrota contra Serbia. Ni es constructivo ni sirve de nada agarrarse para lo bueno o lo malo a las últimas jugadas, a las decisiones finales. Serbia lleva tres victorias seguidas por tres puntos o menos de ventaja y su única derrota del campeonato también llegó por un punto. Cualquier entrenador de este nivel propone para esas jugadas finales siempre sobre una convicción y una base defendible. Puede acertar, equivocarse, acertar y que no salga bien y viceversa. Hay aspectos inmanejables determinantes, centímetros, décimas de segundo, imponderables. El juicio tanto a jugadores como a cuerpo técnico debe ser global. Tampoco vale lo de que entró un triple de nueve metros o que Nocioni falló en el 2006 desde la esquina. Eso es el baloncesto, su historia está hecha de grandes canastas y de partidos decididos en el último segundo. Y las jugadas que sentencian partidos y campeonatos son de los ganadores. Con eso se cuenta y se juega siempre.

Una cruz de cuatro días. Es seguro que a un equipo de triunfadores como España no le gusta jugar lo que queda de torneo. Es una losa de cuatro días pesada e inevitable. España jugará para la clasificación del quinto al octavo puesto con Eslovenia, Rusia y Argentina. Los ejemplos también desactivan el consuelo de las ausencias de Pau Gasol y Calderón en el equipo de Scariolo. Eslovenia no ha contado con jugadores como Smodis, Beno Udrih, los hermanos Lorbek, Nesterovic o Vujacic. Rusia echó en falta a Kirilenko, Holden y McCarty mientras que Argentina no ha podido disfrutar en su equipo del concurso de dos NBA como Ginobili y Nocioni.

Pequeños ejemplos de vulnerabilidad. Estados Unidos encontró en este Mundial otra piedra en su zapato. No tan grande, no tan molesta como resultó Brasil pero Rusia le buscó las cosquillas a los estadounidenses. Lo hizo exprimiendo el criterio de su joven base Khvostov para encontrar a Vorontsevich y Mozgov debajo de canasta. Con visión y movimiento no es tan difícil anotar en la pintura contra EE UU. Tras un tiempo muerto en el segundo cuarto los estadounidenses salieron a morder, jugando defensa al borde de la falta entre controlados manotazos y empujones. Intimidaron e incomodaron a los rusos, les expoliaron, desvalijaron con carrerilla balones sin fin y abrieron una ventaja que les permitió respirar. El tono agresivo en defensa le dio la victoria a EE UU. Mantengo la duda de si en una hipotética final contra Turquía el ambiente y el arbitraje les permitiría sacar ese revólver, quizás el más letal que poseen.

Se sentía solo. Podía parecer tópico, tradicional. Escolástico, vamos. Pero tenía razón Scola tras su inolvidable exhibición contra Brasil: "No puedo lanzar yo todos los tiros". Pedía un relevo, relevo que no llegó contra una Lituania arrolladora, veloz y acertada que se comió a una Argentina con déficit de antioxidantes.