Kleiza pone fin a las exhibiciones de Scola

Scola estaba siendo el hombre del Mundial. Máximo anotador (30,3), cuarto reboteador (8,3) y sin rival ante los otros cuatros del torneo. Pero ayer se topó con un muro llamado Kleiza y la magia de Argentina se apagó. Ni destellos.

Si al mal partido del de los Rockets (llevaba 3/10 en tiros de dos al descanso) se unen los continuos despistes defensivos, la escasez de asistencias (sólo una en el primer cuarto) o el acierto en el tiro exterior de Lituania (comenzaron con un 8 de 8 hasta que Kleiza falló a dos minutos para el descanso), la victoria de la albiceleste parecía casi un milagro.

Lituania ponía la directa desde el principio con Kalnietis al mando (17-10) y sólo Jasen, con cinco puntos consecutivos daba esperanzas a un equipo desbordado. A Lituania, en cambio, le salía casi todo: canastas a aro pasado o un palmeo en el último segundo de Kalnietis para alcanzar, por primera vez, los 20 de ventaja (50-30). Una renta que sólo bajaría con el 91-73 a falta de tres minutos. Poco tiempo y una montaña muy alta de escalar.