El arma secreta de Brasil es Magnano

El mejor jugador de Brasil contra Argentina, en el duelo que cierra los octavos (20:00 horas) no pisará la pista: se trata de Rubén Pablo Magnano. El seleccionador brasileño es argentino, de Villa María, Córdoba y guió a Argentina, desde el banquillo, a la medalla de oro olímpica en 2004, en Atenas. Y ojo: la Argentina que ahora dirige Sergio Hernández todavía opera con muchos de los sistemas de Magnano.

"Será muy raro verse frente a él; por encima de todo es mi amigo", proclama Fabricio Oberto, el pívot albiceleste recién contratado por los Wizards. Magnano admite que sentirá "extrañeza". Corrillos argentinos se ceban con el presunto amor por el dinero que siente Magnano, quien renunció al banquillo albiceleste en 2004, dos meses después del oro de Atenas: ganaba 7.000 dólares al mes y se le exigía dedicación completa sin poder dirigir a otro equipo durante la temporada: lo que ahora sí puede hacer el actual seleccionador, Sergio Hernández. Magnano fichó en Varese, en Sevilla y ahora mueve las piezas de Brasil.

Las estrellas.

Argentina, número uno del ránking FIBA, se confía a Scola (29 puntos de media, máximo anotador del Mundial), Delfino (17 puntos de media) y al ritmo de Prigioni. Brasil irá con los tiros de Barbosa, los rebotes de Splitter, el oficio de Varejao, los pases de Marcelinho y el comodín llamado Rubén Magnano.