Sensaciones, apuestas y fiascos de la liguilla

La enmienda.El regusto es más agradable tras vencer por 22 puntos de ventaja a Canadá que ganando a Líbano por 34. No hablamos del qué sino del cómo. Con la demostración de lo necesario, con la realización de lo pretendido. Por fin pudimos dominar el rebote. Apretamos sobre la salida del balón y trabajamos debajo de nuestro aro intimidando como nunca antes habíamos mostrado en Esmirna. Defensa y rebote nos llevaron a correr y corriendo Ricky Rubio se agranda y hace cambiar de tema a sus críticos. Los retos conseguidos provocaron sonrisas y satisfacción, el estado de ánimo ideal para meter también los tiros libres. Las últimas horas de la primera fase de España han estado caracterizadas por verbos como enderezar, cumplir, deber, reconducir Todo lo contrario de equipos también clasificados como Francia y Grecia.

El órdago griego. Grecia perdió contra Rusia bajo acusaciones de no hacer todo lo posible para ganar el partido. Quizás no vayan desencaminadas las suspicacias en su esencia pero sí en la dirección de las mismas. Grecia no pensaba en España, ni para lo bueno ni para lo malo. No podía saber si evitaba o se encontraba con la vigente campeona del mundo ganando o perdiendo. Cuando uno (y más un griego) pone en juego su propia ética lo hace sobre seguro. Perdiendo evitaban a Estados Unidos hasta una hipotética final, situación que ahora comparten con España. La libranza del equipo estadounidense es un premio para unos griegos que lanzaron el órdago. España cogió juego después de los descartes. Grecia y España tienen 31 en este partida de mus. Veremos quién va de mano.

Después de Grecia. Serbia-Croacia es un enfrentamiento de morbo y tensión en el que Serbia es favorita y por lo tanto la hipotética rival de España en cuartos. Croacia fue cuarta y no cayó más abajo porque les tocó en suerte Irán y Túnez. Se ganó a pulso el cuarto puesto del grupo B porque el pívot del Real Madrid Ante Tomic le hizo un homenaje a la diosa inoperancia en las derrotas frente a Eslovenia y Brasil. Turquía, anfitrión y uno de los tres invictos se enfrenta a una desinflada Francia por un lado del cuadro aparentemente más dócil. Digamos que Turquía viaja con viento a favor con el objetivo de la medalla. Y Turkoglu pone mejor cara según avanza el calendario.

Rival de sí mismo. Los jugadores de Estados Unidos a veces no saben calibrar exactamente qué es o qué significa un Mundial de baloncesto. En la cabeza de sus jugadores el único problema real antes de una hipotética final será un rival del Torneo de las Américas (Argentina o Brasil). Los americanos, por lo poco que han percibido, no consideran a Angola, Nueva Zelanda y China y no tienen cultura ni background para imaginar a Rusia y Lituania mezclados como en los años ochenta. A partir de ahora jugará contra ellos el exceso de confianza.