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MUNDIAL | LÍBANO 57 - ESPAÑA 91

Marc Gasol cura la herida de España

Todavía pueden ser segundos, pero es complicado. Mañana se enfrentarán a Canadá, que no ha ganado ningún partido.

DAVID F. SANCHIDRIÁN
Marc Gasol cura la herida de España

Anoche Lituania enseñó a España que hasta el rabo todo es toro y dormirse en los laureles antes de tiempo puede tener unas consecuencias horribles, más si te juegas un Mundial. Aún había tiempo para enderezar la situación y el combinado de Sergio Scariolo lo ha aprovechado abusando del Líbano (57-91), equipo invitado por la FIBA y al que el Ramadán ha acabado pasando factura tras el descanso. Hasta entonces, los de Tab Baldwin aguantaron gracias al rebote ofensivo y la soltura en los tiros lejanos. Por suerte para España, Marc Gasol (25 puntos) se puso el mono de trabajo y se plantó bajo el aro para reventar el partido en el tercer cuarto. Sin mostrar su mejor versión, España consiguió curar la herida con un triunfo vital en sus aspiraciones. Lo del juego es otra cosa. No era el ni el día ni el rival propicio para despejar las dudas pero quedó demostrado que el tono del equipo y la confianza no es la que era.

España saltó a la cancha Halkapinar Arena algo espeso, abusando del juego exterior y olvidando las penetraciones de Marc Gasol. El casillero lo abrió Rudy Fernández tras un vuelo certero a canasta pero después lo embarró con una técnica por protestar a los colegiados sacando a la luz el nerviosismo español. Aún así, el balear asomaba en todas las jugadas con una hiperactividad notable hasta que se llevó un golpe en la cabeza que le dejó en el vestuario tras el descanso.

España jugaba desde el exterior pero la estadística de triples era pésima, únicamente dos de ocho al final del primer cuarto. Sólo Navarro y Mumbrú fueron capaces de conseguirlo, mientras los libaneses mostraban menos agarrotamiento desde la línea de 6,25. Y defensivamente las noticias no eran más esperanzadoras porque se sufría mucho con el rebote ofensivo de los asiáticos y estuvieron siempre pegados en el marcador hasta que Kanaan nos fundió con un triple. La falta de confianza en España hizo que el Líbano, que está en el Mundial por una invitación FIBA, se fuera al segundo cuarto con ventaja (22-21).

La historia no mejoró en los siguientes diez minutos. Sí, dimos la vuelta al marcador, pero mostrando debilidades aterradoras como la paupérrima estadística en triples (3-18), por no hablar de la racha de tiros libres (fallando 3 de 4 consecutivos). Y el Líbano aguantaba estoicamente jugando con la moral de su rival, porque seguirán un riguroso ayuno pero la falta de líquido no les mermaba ni física ni mentalmente. Subsistieron gracias a los triples de Fahed y a la inocencia de España, a la que dejaron libre la zona de triples. Qué sigan tirando de tres, debió decir Tab Baldwin a sus chicos. Por lo menos, los de Scariolo se fueron al descanso con la mayor renta del partido hasta el momento (32-43) pero no nos engañemos, España ganaba por inercia.

Marc se pone serio

Se acercaba la hora de la verdad. El tramo de los desvanecimientos. Así que España se puso a funcionar en el tercer cuarto por si después les daba por pajarear en Halkapinar. Esta vez España lo sobrepasó bajo el poderío de Marc Gasol. Él se echó el equipo a la espalda y abusó de los libaneses debajo del tablero facilitando la escapada en el marcador con buenos números personales (23 puntos en 20 minutos). Con 37-51, los triples de Khatib ya no dolían tanto, incluso Garbajosa se apuntó al juego y por fin logró su primer triple del encuentro. A Marc le tocó el trabajo sucio: lanzó al equipo y se sentó en el banco. A partir de entonces, España subió un punto el ritmo, la velocidad y la decisión para estirar la ventaja a 25 puntos. Incluso se vieron conexiones espectaculares con Fran Vázquez casi siempre de protagonista (47-72).

Con el partido reventado, España aprovechó los últimos diez minutos de terapia, para sacudirse la presión y nutrirse de confianza, porque este ritmo da para ganar al Líbano pero poco más...