Lo mejor es el futuro

El desequilibrio es lo grave, no una derrota que a estas horas debe estar archivada en la libreta de Scariolo. Al margen del sabor ácido de la derrota, perder este partido puede no ser algo trascendente y, de momento, aparta a España de una eventual semifinal con EE UU. Más preocupante es la sensación de que el equipo campeón mundial de baloncesto anda algo desnudo, justito o cogido con alfileres.

Los problemas ante EE UU en la Caja Mágica, la lesión de Calderón y el inmenso atleticismo de Francia han abierto una pequeña crisis de identidad. Aunque la Francia de Vincent Collet traía el partido preparadísimo, eso no explica el desplome final, el 1-10 que sepultó el partido entre los minutos 37 y 39: de 53-53 a 54-65, incluida una técnica a Rudy Fernández, la sentencia. Desde el 18-9 que cerró el primer cuarto para España, hasta ese 54-65, hay un 36-56 para Francia en 29 minutos. ¿Es normal?

Francia fue Air France y llevó el juego a su cabina de mando: el talento físico. La estadística da ventaja a los franceses en el porcentaje de dos puntos (47%-36%) y en rebotes (34-32), pero, con más intensidad defensiva, Francia puso cinco tapones. Y España, cero, con un mal 53% en tiros libres. Si encima, los franceses pasan mejor (15-9 en asistencias) con partidazo del pequeño base Albicy, pues pasa lo que pasó.

Tras el 18-9 del primer cuarto, España se fue dejando comer con penas, fatigas y con Marc Gasol sentado en el segundo cuarto, lo que permitió que Ian Mahinmi (Dallas), Boris Diaw (Charlotte) y Nicolas Batum (Portland) fueran imponiendo su poderío. Un vuelo majestuoso de Batum, caminando por el aire, despertó a Francia. Gelabale dio la primera ventaja a los bleus: 26-27. La zona de ajuste de Scariolo no funcionaba, destrozada por la superioridad física de los franceses en los emparejamientos. Descanso, 28-27. Aún

Derrumbe.

Volvió Marc, que en el tercer cuarto se repartió 13 puntos con Navarro (seis más siete), la totalidad de la anotación española en ese periodo, excepto un triple de Rudy. Francia, más equilibrada, ofrecía daño, puntos, tapones y seriedad con Batum, Gelabale, Diaw y Mahinmi. Resoplando, España aún cruzó por delante el minuto 35: 50-49, la última ventaja. Venían Traore, Batum, el derrumbe físico español y la técnica a Rudy, la puntilla. Lo bueno: que esto pasó en el primer día y que EE UU se aleja. Lo malo: casi todo lo demás. Y lo peor, la fragilidad: el desequilibrio.