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LEB

El CAI Zaragoza regresa a la ACB en menos de un año

Ahora, la tarea será ratificar el proyecto consolidando al equipo en la máxima categoría, algo que no será fácil. Las bases, mucho más solidas y consistentes, que las de los inicios y la lección aprendida de una temporada en ACB deben rescatarse para no volver a cometer ninguno de los errores anteriores.

El CAI Zaragoza con su triunfo hoy ante el Sant Josep Girona certificó su regreso a la máxima categoría del baloncesto español, la Liga ACB, menos de un año después de haber firmado su regreso a la Liga LEB Oro.

En esta ocasión, los zaragozanos no fallaron en la primera oportunidad que tenían para alcanzar, sin depender del resultado del CB Melilla, el único objetivo que tenían cuando comenzó esta temporada, el ascenso a la ACB por la vía rápida.

Además, podrán viajar a la Ciudad Autónoma de Melilla en la última jornada con la tranquilidad de disputar cuarenta minutos de partido sin ninguna presión. De no haberlo conseguido, la visita a la ciudad africana en la última jornada podía haber adquirido tintes dramáticos.

El 9 de mayo de 2009, el CAI Zaragoza despertó de golpe del sueño de estar en la ACB, que había alcanzado tan sólo un año antes, al no ser capaz de imponerse en el pabellón Príncipe Felipe al CB Murcia, rival con el que se jugó todo a una carta.

Ahora, ambos equipos se cruzarán en el camino sin medir sus fuerzas deportivamente, porque los murcianos ya confirmaron su descenso de categoría hace una semana y su hueco la próxima temporada será para los aragoneses.

El descenso de la ansiada ACB, a la que Aragón había vuelto también el 9 de mayo de 2008 doce años después, dejó muchas víctimas por el camino y una completa reestructuración de la entidad con la llegada del entrenador José Luis Abós, el director deportivo Willelmo "Willy" Villar, y el gerente Pedro Enériz.

En la presentación del nuevo organigrama, el presidente del club, Reynaldo Benito, marcó sin dudar los hitos del camino a seguir: "Subir a la ACB y una vez allí consolidar el proyecto a largo plazo", a la vez que reconocía que tenían "el orgullo herido" por todo lo acontecido.

Además, la afición no dio la espalda a los colores rojillos del equipo, a pesar de haber padecido desde la creación del Basket Zaragoza 2002 muchos más sinsabores que satisfacciones y, en un número que casi siempre rondó los ocho mil espectadores, los animó desde la grada.

En esta ocasión, y al contrario de lo que había sucedido a lo largo de las seis temporadas anteriores de deambular por la Liga LEB, se acometió la tarea con un proyecto que desde sus primeros pasos se confirmó como el más potente de la categoría. Todos los rivales tuvieron claro desde el minuto uno que el equipo a batir y el máximo aspirante al ascenso era el zaragozano.

El camino, sin embargo, no fue sencillo, jalonado con algunas piedras y espinas, sobre todo en unos inicios en los que parecía que cada derrota implicaba dejarse una parte importante del ascenso y porque las tres primeras salidas se saldaron con derrota. Después hubo tres más y tras caer ante el Cáceres 2016 se han encadenado trece victorias consecutivas.

La mesura y la calma, a cada traspiés, fue el estandarte de todos los responsables de la entidad y el grupo, al que también llegaron algunos jugadores como Oriol Junyent y Rafael Hettsheimeir además de las entradas y salidas del decano del equipo Matías Lescano por los problemas burocráticos de su nacionalización. Cada cambio siempre supuso un punto de inflexión hacia el crecimiento.

En casa, el equipo de José Luis Abós convirtió el pabellón Príncipe Felipe en una fortaleza inexpugnable y no dejó escapar ningún punto.

No obstante, en varias ocasiones, bien por excesiva complacencia o porque el rival estuvo a un buen nivel, los aficionados sufrieron mucho más de lo esperado, como ante Ford Burgos con tres prórrogas o los vigueses del Kics Ciudad de Vigo que dejaron escapar una ventaja de catorce puntos a siete minutos del final.