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acb | power electronics 67 - real madrid 78

El Madrid resurge a hombros de Felipe

Tras un primer tiempo en el que parecía durarle la conmoción de la derrota ante Maccabi, el Real Madrid asaltó la hasta hoy invicta Fuente de San Luis con un gran segundo tiempo que le sirve para afirmarse en la tercera plaza con el cuarto más lejos y el segundo más cerca. Pero le sirve, sobre todo, para recuperar autoestima y fe después de horas muy revueltas y con el playoff de Euroliga ya siempre en mente.

<strong>EL REAL MADRID RECUPERA EL PULSO.</strong>
EL REAL MADRID RECUPERA EL PULSO.

El Real Madrid pasó del sufrimiento y la confusión a la sonrisa de oreja a oreja. Volvió a divertirse jugando y lo hizo sobre un campo de minas como la Fuente de San Luis. Nadie había ganado en Valencia en ACB desde el pasado 28 de marzo. Casi un año y trece victorias que incluyen, ya en esta temporada, golpes de mano ante Caja Laboral y Barcelona. Pues el Real Madrid eligió este terreno tan hostil para lamer sus heridas en un giro casi catártico. Jugó un pobre primer tiempo todavía mustio por la debacle ante Maccabi y resurgió en el segundo, pletórico a hombros de Felipe Reyes. En un partido de plena intensidad, de orgullo y determinación, el cordobés, no es casualidad, se reencontró consigo mismo y se encontró con Ettore Messina. Una gran noticia que pide a gritos continuidad.

De MVP casi perpetuo la pasada temporada, tantas luchas solitarias contra el mundo, Felipe está pasando de puntillas por la actual campaña. En parte por las lesiones, en parte por su redefinición en el esquema de Messina, que no suele utilizar ala-pívots de su estilo y basta repasar sus mejores plantillas en Bolonia, Treviso o Moscú. O sus fichajes para el juego interior de la presente temporada. Con todo eso y el ventilador mediático lanzando rumores sobre su renovación y su futuro, Felipe recurrió a su orgullo, nunca ausente, y recuperó su mejor imagen y su mejor lenguaje corporal. Sobre sus hombros y a partir de ocho puntos suyos casi consecutivos, el Real Madrid hizo terapia de choque: tras 28 puntos en el primer tiempo, firmó 27 en el tercer cuarto (17-27) para voltear el partido. Se soltó y disfrutó en la recta final. Terminó robando, corriendo y anotando con fluidez. Y ahí, en un momento que es gasolina para las piernas y alimento para el espíritu, conviene no olvidar a Felipe, que se empeñó en que el Real Madrid saliera del pozo sí o sí. Su partido, el mejor de la temporada de largo: 23 puntos, 5 rebotes, 8 faltas recibidas, 7/9 en tiros de dos, 31 de valoración. Incluso, harto de los errores de sus compañeros, se encargó de anotar el primer triple del Real Madrid tras once fallados en cadena.

Junto a la colosal actuación de Felipe, el Real Madrid puede celebrar la vuelta de la intensidad y la concentración y la recuperación de sensaciones físicas en un partido jugado, por fin y al contrario que la mayoría de un tiempo a esta parte, de menos a más. Las penetraciones de Jaric fueron importantes en los momentos de atasco ofensivo. Kaukenas dejó un goteo de su habitual pelea contra gigantes en el despegue del tercer cuarto y Llull volvió a ser el acelerador definitivo que lanzó a su equipo al hiperespacio. El menorquín firmó 11 puntos sin fallo en el tiro, repartió 6 asistencias, recuperó 2 balones, dejó su triple estratosférico de rigor y demostró que es de largo el jugador con más energía y más fuelle de la plantilla. La regeneración colectiva ayudó a Lavrinovic, que empezó horrible y acabó entonado (16+5), y retrató a otros. En un equipo en el que pocas veces sintonizan todas las melodías al mismo tiempo, no afinaron esta vez Prigioni y Garbajosa y a Tomic lo tocó arena porque no es un jugador listo todavía para dar cal en cada partido. Para el diván del psiquiatra queda el caso de Velickovic. De imprescindible a proscrito, su desfiguración resulta incomprensible. Esta vez jugó once minutos que estrenó recibiendo un tapón, otro tapón, debajo del aro.

Antes de la redención del segundo tiempo y los argumentos para el optimismo, el Real Madrid jugó un primer tiempo bulímico y lleno de dudas. Encontró desde la circulación buenos tiros pero se fue al descanso con 0/11 en triples. Forzó faltas pero en dos cuartos tiró a la basura seis tiros libres. Entregó el rebote y vivió de las pérdidas de un Power Electronics que sonreía (35-28) gracias a un pletórico final de segundo cuarto: 10-1 con dos triples descomunales de Kelati.

Durante ese primer tiempo, el equipo valenciano dejó trazas de lo que es, un conjunto muy bien trabajado y con un plan de juego muy definido y bien ejecutado. Perovic por dentro (un pívot grande jugando cómodo por encima del aro del Madrid, otra vez) y Rafa Martínez (11 puntos al descanso) por fuera sujetaban a un equipo que echó de menos a Claver, que sólo apareció en algunos destellos del tercer cuarto atacando a defensores más lentos, Nielsen, anulado por las faltas personales y sin su excelencia habitual en la lectura de juego, y De Colo, al que le faltó temple y le sobró ansiedad, como si quisiera exponer en cada jugada toda la indiscutible clase que atesora.

Pero el segundo tiempo invirtió las sensaciones y mandó al Madrid a luchar por la segunda plaza y no preocuparse ya por la cuarta, la de Power Electronics. Del vestuario salió un Real Madrid apoyado en Felipe y con una energía completamente renovada: un 0-10 volteó un partido que se sostuvo en un alambre de intercambio de golpes y canastas hasta el despegue final del Real Madrid. El Valencia, acuciado por los problemas de faltas en puestos clave, leyó mal el partido y no explotó sus mejores argumentos, se desangró en malos tiros y muchas pérdidas (13) y se avalanzó finalmente hacia la trampa de un Real Madrid que necesitaba desesperadamente un triunfo de prestigio como este para borrar el nubarrón de pesimismo e histeria derrotista en el que ha vivido las últimas 48 horas. Lo consiguió, y con él un respiro anímico y algo más de perspectiva a medida que se acerca el descomunal reto del playoff de Euroliga ante el terror azulgrana. Un reto que hoy es igual de tremendamente difícil pero en el que seguramente hoy cree un poquito más el Real Madrid.