Baloncesto | ACB | Alicante 55 - Real Madrid 95

Recital blanco: Jaric guía, Llull anota y Bullock sonríe

El Real Madrid aprovechó la inercia de la victoria europea ante el Siena y destrozó al Meridiano por 40 puntos (55-95). Jaric lideró la estadística; Llull y Bullock fueron sus mejores socios.

Alicante 55 - Real Madrid 95
Héctor Martínez
Nació en Madrid en 1969. Licenciado en Ciencias de la Información (Periodismo) por la Universidad San Pablo CEU. Entró en el Diario AS en 1991. Hasta 2017 ejerció como redactor en las secciones de Baloncesto, Cierre, Más Deporte, Fútbol y Motor. En 2016 es nombrado redactor jefe de la sección de Motor. Desde 2017 es subdirector del diario.
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Partidos como el de ayer lo agradecen la espalda de Lavrinovic y los tobillos de Garbajosa, el corazón de Messina y el amor propio de Vidal o Bullock, necesitados de cariño. Tras vaivenes como el del jueves, con el partido/milagro ante el Siena, nada mejor que las aguas tranquilas de Alicante. Victoria blanca por 40 puntos (55-95) sobre el Meridiano y a pensar en otra cosa. En Estambul, por ejemplo, y en otro jueves que huele a guerra.

La gesta europea regaló la titularidad a Ante Tomic. Fueron galones de ida y vuelta, pues el croata cometió dos faltas en apenas tres minutos y tuvo que irse al banco. En la mirada de Messina se leía una novela. Entró Lavrinovic, que hermanaba Alicante con Vilna por la vía rápida, pues cuatro de los diez jugadores en pista eran lituanos (el citado Darius, más Kaukenas, Katelynas y Andriuskevicius). Con lituanos o sin lituanos, el equipo visitante volaba. Salvo el 3-2 firmado por Txemi Urtasun -entonces el mejor de los locales-, en el primer cuarto sólo habló el Real Madrid. Una bandejita de Jaric redondeaba el parcial de 0-10 (3-12) que hacía desgañitarse a Óscar Quintana en la banda. Llompart cedía en la dirección ante Prigioni, el juego interior no funcionaba y el Madrid anotaba con facilidad. Pasmosa.

Por si fuera poco, Llull entró en pista. Y lo hizo con el Séptimo de Caballería que esconde en sus zapatillas, una intensidad sin respiro que le permitió anotar diez puntos (dos triples incluidos) en un visto y no visto.

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Triples.

El 29-44 al descanso -que pudo ser más amplio si el triple de Velickovic desde su campo hubiera sido dentro de tiempo- garantizaba el dos en la quiniela. En los dos últimos cuartos, el Meridiano trabajó por una derrota digna, con Avdalovic despertando, y el Real Madrid sació su voraz apetito con triples de todas las texturas, a lo Adrià: 15/23 fue su porcentaje final. Cuatro de ellos llevaron la firma de Jaric, que meció el partido a su antojo; otros cuatro la de Llull, que no se enfría. El calentamiento global es, en parte, culpa suya.

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