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acb | estudiantes 82 - real madrid 80

Estudiantes hurga en la herida del Madrid

Máxima intensidad y emoción en un derbi madrileño que Estudiantes ganó desde la épica: Jasen forzó la prórroga con un triple desde nueve metros y Clark sentenció en el tiempo extra con otro después de que Jaric, que tuvo un buen debut, fallara un tiro libre crucial. Antes de ese final, Estudiantes mereció la victoria por su trabajo durante tres cuartos ante un Real Madrid apático que sólo encontró su nivel defensivo en el último parcial y que acumula cuatro derrotas consecutivas.

<strong>ESTUDIANTES, ÉPICO.</strong>
ESTUDIANTES, ÉPICO.

Un derbi de alta tensión y esencia clásica, adornado con un final maravilloso que premió a un David que había trabajado hasta desangrarse ante un Goliath que de un tiempo a esta parte camina con pies de barro. Estudiantes, el viejo 'Estu' de siempre, sacó brillo a sus valores de siempre y salvaguardó el sueño de la Copa. A base de intensidad y baloncesto fue mejor durante tres cuartos, a base de épica sobrevivió primero y ganó finalmente: Jasen forzó la prórroga con un triple desde nueve metros. En el tiempo extra, Clark selló la victoria con otro tiro de tres, este a falta de cinco segundos. La atmósfera de la afición estudiantil, eléctrica, engulló definitivamente a un Real Madrid que pudo ganar pero que perdió, un justo castigo a sus pésimas prestaciones durante demasiados minutos.

Sorprendente final de año de los de Messina, un equipo al que se le empiezan a ver las costuras de forma escandalosa y al que todos saben ya llevar al límite, tan claros son sus puntos débiles. Bastaba la lesión de Llull, eje dinámico del juego, y la desintegración del juego interior con las nuevas lesiones de Felipe y Van den Spiegel para que el equipo acabe 2009 con la lengua fuera, exprimido y agotado en ruta hacia cuatro derrotas seguidas en ACB y cinco en los últimos seis partidos con el oasis del gran triunfo en cancha de Panathinaikos. Y así, visto y no visto, ha pasado de imbatido a ver al Barça a un mundo (ya tres triunfos de distancia) y al Caja Laboral subido a sus barbas. Y mientras Estudiantes, el mejor 'Estu' de las últimas temporadas, mantiene vivo el sueño de la Copa con una exhibición de baloncesto primero y de fe después, de intensidad siempre.

Messina movió el árbol pero durante treinta minutos no cayeron frutos. Dasic volvió al ostracismo mientras Jaric debutaba con empacho: casi 42 minutos y buenas prestaciones. Anotó 12 puntos, alternó minutos de 1,2 y hasta 3, cogió 8 rebotes y repartió 5 asistencias. Además se mostró integrado en el juego y su lunar, con 21 de valoración, fue un tiro libre fallado en la prórroga al que siguió el triple decisivo de Clark.

Los apuntes esperanzadores de Jaric no escondieron otro partido demasiado apagado de casi todos sus compañeros. Volvió Hervelle con un -3 de valoración que le mandó al banquillo toda la segunda parte, y no aparecieron nunca Garbajosa o Vidal. Sólo al final se entonaron Lavrinovic y un Velickovic que tomó mucha responsabilidad con resultado desigual, y el equipo vivió durante muchos minutos de los triples, casi todos de Prigioni y un dulce Bullock: 6/7 para sus 18 puntos, casi todos en el primer tiempo.

Estudiantes airea las carencias blancas

Estudiantes, a lo suyo, mandó durante tres cuartos (58-50) a base de sudor y de trabajo quirúrgico perfectamente orquestado por Casimiro para hostigar al Real Madrid en cada una de sus carencias. Muy fácil visto desde fuera, un tormento en la cancha para los de Messina desde una fórmula basada en el dominio en el rebote (41-34 final) y los puntos fáciles en la zona: Popovic se hartaba a anotar en el primer tiempo mientras Jasen y Suárez se llevaban al poste a defensores menores como Bullock y Kaukenas. Y con eso vivió Estudiantes en torno a los diez puntos de ventaja hasta el último cuarto.

Ahí, en ese último parcial, resucitó un Real Madrid que en el tercer cuarto mejoró pero padeció los mejores minutos de Caner-Medley. Sólo en los últimos diez minutos apareció en el Telefónica Arena algo parecido a una defensa propia de un equipo de Messina: presión en las líneas de pase e intensidad en las ayudas, con Lavrinovic demostrando por fin que no era transparente en su zona. Colgado de los mejores minutos de Velickovic en el poste, el Madrid castigó a Estudiantes con un 0-10 en más de cinco minutos que supuso el primer vuelco en el marcador (58-60).

A partir de ahí, en plena marea desfavorable, apareció el orgullo y el espíritu de supervivencia de Estudiantes, liderado por el coraje eterno de Jasen y su triple imposible en el último segundo, camino de una prórroga en la que los triples de Prigioni y Bullock parecieron sentenciar hasta que Clark anotó el tiro decisivo, emparedado por dos malas acciones de Jaric: un tiro libre fallado, una falta en ataque en el último y desesperado ataque.

Fue épico y de una intensidad brutal; Y también fue justo. El desenlace fue improbable pero para nada inmerecido. La prueba son los 16 puntos de Clark, los 15 y 9 rebotes de Jasen, el 14+11 de un Suárez gigante, los 12 de Popovic o los 19+9 de Caner-Medley. Hay más testimonios: el mando en rebotes y asistencias o la capacidad para controlar las pérdidas tras un pésimo inicio en ese apartado...

¿Y el Real Madrid? Muy mal durante demasiados minutos. Al final puso espíritu pero es evidente que las bajas se concentran en los principales puntos débiles de la plantilla, que se convierten así en agujeros negros. Ahora añade las dudas, la suerte en contra en los finales igualados, los tiros que se salen, las piernas que no responden... Y del rutilante 11-0, a un 11-4 que en un estadio tan temprano de la temporada ya pone en solfa el primer puesto de la fase regular. El Real Madrid sigue siendo aspirante a todo y no debería cundir el pánico pero sí florecer el debate en un equipo que ahora es muy humano, demasiado humano. Desde aquí, desde los cuatro tropiezos seguidos, toca medir el verdadero nivel y el verdadero espíritu de este primer proyecto Messina.