El conjunto donostiarra ha salido con mucha fuerza desde el inicio y ha cogido unas rentas muy cómodas gracias al buen hacer del polaco Michal Ignerski y del americano Barbour, aprovechando que Gran Canaria estaba fuera de partido.

Las rentas se han ido estirando como el chicle hasta llegar a una máxima diferencia de 14 puntos (38-24), ya que mientras los locales eran un equipo, el conjunto isleño dependía únicamente de lo que hiciera Jaycee Carrol, apagado en el primer cuarto y mejorado posteriormente.

Esos 14 puntos de diferencia han encendido las alarmas en el banquillo que dirige Pedro Martínez, quien ha empezado a buscar alternativas al juego local y ha buscado la línea exterior para cimentar su reacción. Los triples de Morán y Kickert han sido el agarradero de Gran Canaria para no tirar el partido antes de tiempo, el Lagun Aro se ha ido descomponiendo porque sus lanzamientos no encontraban aro y ha terminado rogando que el reloj corriera rápido para irse a vestuarios a recomponer sus ideas.

Ha vuelto a dominar, aunque con bastantes más problemas, el encuentro en su reanudación el Lagun Aro, con una defensa muy por encima de los ataques y peleando ambos equipos por cada posesión y cada lanzamiento, ya que acertar en cada jugada era un tesoro dada la igualdad imperante.

El partido no se ha resuelto hasta los últimos instantes en los que han surgido los nombres de Panko y Doblas para liderar la victoria local ante un Gran Canaria al que se le ha hecho un poco largo el partido.