El Granca tumbó al Barça y ahora va a por el Madrid

Altos vuelos en la Isla. El líder invicto, el nuevo Madrid, el Madrid regresado, el del proyecto Ettore, testa esta mañana su camino a la excelencia en una pista, más que caliente, ardiente. Donde cayó el hasta entonces intratable Regal Barça, donde para ganar hay que jugar una final, donde el público influye y eleva el espíritu de su equipo como ocurre en pocas plazas. Como dijo magistralmente sir Sean Connery, bienvenidos a La Roca.

No se enfrentan los blancos a ninguno de los otros trasatlánticos­ de la ACB, léase Barcelona, Unicaja o Baskonia. Pero arriba a Gran Canaria avisado de lo que sufrieron los chicos de Xavi Pascual hace algo más de un mes, acumulando seis temporadas sin ganar en el Centro Insular de Deportes. Los de Vistalegre suman dos derrotas en sus últimos cuatro desplazamientos al Archipiélago, estadística incómoda.

Aún sin Felipe Reyes -comenzará a entrenar estos días- ni Van den Spiegel, el juego interior de los de Messina deberá recordar que en la pintura empezó a caer el Barcelona, así que el rompedor Darius Lavrinovic y el plástico y talentoso Velickovic harán bien en no dar lugar a la más mínima confianza.

Choque del año.

Les espera un Gran Canaria al que ningún otro choque en el mundo le pone más. Para su grada es, simple y llanamente, el partido del año. Justo ahora que se cumplen 18 de la primera visita merengue a la Avenida Marítima, en un partido histórico por la victoria local en la prórroga -con canasta final de Pedro Ramos- para luego descender. Los amarillos, que atentos y motivados exhiben capacidad para compararse con cualquiera si de defensa se habla, llegan contentos de una derrota, en Vitoria, mientras que el Madrid venció al Alicante con rapapolvo del técnico siciliano.

Mañana de altos vuelos. Porque, más allá del desarrollo del juego, el electrónico marcará sentencia: machada o rodillo. Bienvenidos a La Roca.