El Panathinaikos visita mañana al Real Madrid. No sé si es como volver a casa...

Siempre me alegra estar en la que también considero mi casa. Fui muy feliz tres años allí. Por otro lado, es un partido de Euroliga contra un equipo que aspira a todo, con buenos jugadores y un gran entrenador.

¿Cómo llega a Vistalegre el campeón de Europa?

Estamos bien, aunque sólo hemos jugado cuatro partidos: dos de Liga griega y dos de Euroliga. El problema es que tuvimos jugadores con sus selecciones y que algunos de los que participaron desde el inicio de la pretemporada ahora están lesionados, casos de Batiste, Tsartsaris o Jasikevicius.

Es inevitable: el partido supone un duelo entre Messina y Obradovic.

Éste no es un partido entre Obradovic y Messina. Me alegro de volver a verle y es importante que nos veamos muchas veces más. Ésa sería muy buena señal. (Risas).

Se cuenta que la mujer de Ettore le dice: 'Tienes un problema, que Obradovic es mejor que tú'.

Ahí no me meto. Ettore es un gran entrenador y ya se nota su mano en el Real Madrid.

¿Sí?

Han jugado siete partidos, más los de la Supercopa y los de pretemporada. Su trabajo empieza a dar frutos y en el juego se aprecia su filosofía. Todos juegan y colaboran. También tienen lesionados como Reyes o Van den Spiegel. Para ellos también es pronto para sacar conclusiones, pero están en el buen camino. Sólo hace falta ver la paliza que le dieron el otro día al Bilbao.

En España se piensa en el Real Madrid como aspirante a la Final Four. ¿Existe la misma percepción en Europa?

Tiene mucha calidad y será difícil de batir. Pero la competencia es tremenda. Ahí están los cuatro equipos españoles, el Olympiacos, el Panathinaikos, el Siena, que tiene un equipazo, el CSKA pese a los problemas, o el Khimki.

Parece una NBA europea.

Le digo que la calidad de la Euroliga es cada vez mayor. Es una competición tremenda.

Me ha hablado del Madrid, pero no me ha dicho nada de su compatriota Velickovic. ¿Puede presentárselo al aficionado español?

No me corresponde a mí presentarlo. Él habla por sí mismo, su juego es su mejor tarjeta de presentación.

¿Disfrutará el madridismo con él?

Seguro.

Por cierto, ¿Florentino Pérez negoció con usted este verano?

No. Soy un hombre de palabra y cuando tengo contrato con un club no hablo con nadie.

De palabra y medio griego.

Llevo 11 años aquí y me siento muy a gusto.

Viene a Madrid con la agenda apretada: viaje, entrenamiento y partido. ¿Qué haría si pudiera tener más tiempo?

Veré a muchos amigos y sacaré hueco para disfrutar de una ciudad tan encantadora como Madrid. Fue mi casa... y lo sigue siendo.