Pues bien, en la tercera prueba de vestuario -como ante una boda- nos dimos cuenta de que el traje no nos viene grande, que sólo hay que subir el bajo y arreglar un botón para volver a dar la talla. La victoria ante Eslovenia ha bastado para dar la vuelta a lo que antes veíamos boca abajo. Rudy se ha recuperado, Navarro empieza a meter los triples y Pau tira de anillo para que el equipo crezca con él. Y encima, nos permitimos el lujo de batir a un candidato a medalla sin cuatro jugadores: Raúl, Mumbrú, Claver y Garbajosa. Todos a la estación, Lodz espera. Faltar a esa cita era de mala educación.
Las dos soluciones de Scariolo para arreglar el caos fueron claras. Rudy, titular en detrimento de Mumbrú, y Reyes como socio de Pau en lugar de Marc. Nos empeñamos en hacer familia, con los hermanos jugando juntos, pero Pau quizá se compenetre mejor con Felipe, hábil para encontrar el tirito a cinco metros y dejar campo abierto al laker. Con esos dos retoques y un plus de agresividad, la Selección se sintió más cómoda. Si España defiende, entonces corre, y si corre se reencuentra con su mejor juego.
El dúo Pau-Reyes hizo daño y forzó la segunda falta a Erazem Lorbek cuando apenas se habían jugado dos minutos y medio. Mientras Ricky y Lakovic dirimían quién será titular en el inminente Barça, Brezec acribillaba desde fuera. La lógica de sus 2,16 apuntaba que nos pudiera hacer sufrir dentro, pero su muñeca le permite hablar también fuera (dos triples suyos daban ventaja a Eslovenia, 18-20, al acabar el primer cuarto). Luego, Zdovc se olvidó de él.
Cinco rebotes.
Al descanso vencíamos por ocho (43-35), con Llull letal en el tiro, pero a 8:20 del final del tercer cuarto, España apagó la luz y se fue del partido. Al volver, tres minutos más tarde, el 64-51 se había transformado en un inquietante 64-63. Un parcial de 0-12 al que puso fin Navarro. A partir de ahí, España fue picando entre horas (sólo anotaba de tiro libre, con seis seguidos de la Bomba) y Eslovenia no se despegó, con Lakovic, Dragic y Udrih al frente de las operaciones y Erazem Lorbek forzando una prórroga que requirió del vídeo para tener el OK y en la que Reyes se multiplicó por cuatro. Ricky tenía cinco faltas, pero Cabezas dirigió el carro hacia donde debía. Rumbo a Lodz, donde el sábado espera ya Turquía (21:00 horas). Ahora hace falta que todos tiren de él.
