Podría decirse que el cruce satisface a los Lakers. Desde L. A. se había repetido, antes siquiera de que arrancasen los playoffs, que no querían verse las caras con los Blazers en semifinales de Conferencia. Preferían a los Rockets, a los que han ganado los cuatro partidos disputados en regular season. Pues bien, Pau Gasol y compañía reciben la próxima madrugada a Houston, que ha superado la primera ronda por primera vez en los últimos doce años. El de Sant Boi se reencuentra con un viejo amigo, Shane Battier, su cicerone cuando aterrizó en los Grizzlies y que ahora desempeña un papel importante en la rotación exterior de los Rockets.

La mejor noticia en los texanos es que la ausencia de McGrady no ha pasado factura. Artest ha dado el mordiente a un equipo que en la pintura daña con un ex ACB como Scola. Artest puede ser la sombra de Kobe Bryant, a quien sin embargo no regala los oídos. Las apuestas se vuelcan con los Lakers y pronostican una eliminatoria tranquila para los de Phil Jackson. El 4-0 en regular season -dos de esas victorias llegaron por más de 10 puntos de diferencia- pesa lo suyo. Odom brilló en primera ronda, pero es la hora de Andrew Bynum. Es el arma angelina para frenar a Ming. Con Pau cerquita y con ganas de seguir creciendo.