Detroit: baloncesto para salvar una ciudad en crisis

La crisis golpea duro y más en Detroit. Mientras la industria del automóvil gripa -gigantes como Ford, Chrysler o General Motors tienen su hogar en Michigan-, una docena de jugadores vuelven loco a un Estado que ostenta el récord de tener el mayor paro de todos los que integran EE UU: un 20%. Por eso es bienvenida la Final Four, por sus ingresos publicitarios, sus reservas hoteleras, por el enorme engranaje económico que se pone en funcionamiento cuando 72.456 aficionados -semifinal Spartans-Huskies- llenan un pabellón indoor. "Este triunfo significa mucho para una ciudad que en los dos últimos años no ha recibido más que malas noticias con la crisis económica", afirma Magic Johnson.

Él conquistó el título universitario con Michigan State hace 30 años, en la que probablemente se recuerde como la final por excelencia: tenía enfrente a un chaval rubio y desgarbado, estrella de Indiana State y que respondía al nombre de Larry Bird. Magic ha querido ser el primero en mostrar su apoyo a los Spartans y a la ciudad de Detroit, la celebre Motown que unió a partes iguales la música y el motor. "El estado de Michigan necesitaba una victoria como ésta. Todos somos conscientes de cómo la crisis, desde la pérdida de trabajos a las hipotecas, ha afectado a este estado más que a ningún otro. Por eso esto es un rayo de luz, un sentimiento realmente gratificante para todos", comentó el ex base de los Lakers.

La ciudad tuvo más de 5.000 reservas hoteleras extra y se estima que la Final Four dejará unos 50 millones de dólares en la economía local. Excelentes noticias para un estado en el que la población ha disminuido en un 8,4% en los últimos cinco años. La suma de desgracias ha llevado a Forbes a calificar a Detroit como "la ciudad más miserable de América". El baloncesto y sus Spartans acuden en auxilio. Y estos no son 300 espartanos... son unos 74.000.