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Baloncesto | Foro Ferrádiz-AS

"España opta a todo: tiene un equipazo"

El baloncesto fue protagonista en el Foro Ferrándiz-AS. Patrick Baumann, Secretario General de la FIBA, analizó los próximos desafíos del basket internacional, entre los que se encuentra el Mundial de 2014, cuya sede se decidirá en mayo, y al que optan España, Italia y China.

<b>CON LOS JÓVENES. </b>Alumnos de los Salesianos y su maestra junto a Patrick Baumann y Fernando Romay.

Este señor manda mucho. La definición es básica, pero no habrá quien la desmienta. Patrick Baumann (Basilea, 41 años) es el Secretario General de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) y uno de los 115 miembros del Comité Olímpico Internacional. Conviene aclarar, aunque es sabido, que el cargo de Secretario General es un eufemismo que se relaciona más con el adjetivo General que con el nombre Secretario. Baumann es uno de los más altos dirigentes deportivos que existen y ayer fue protagonista del Foro Ferrándiz-AS.

La primera consideración sobre Baumann tiene que ver con su aspecto. Ni su juventud ni su ausencia de afectación encajan con el prototipo de jerarca del deporte. Baumann es dinámico y se maneja en un español jovial, animado por el italiano de su juventud (se graduó en San Remo) y por un cosmopolitismo natural (domina cinco idiomas y cinco continentes).

Su relación con España es estrecha: comienza en su esposa, nacida en Barcelona, continúa con un carácter helvéticamente mediterráneo y culmina con la eclosión del baloncesto español, que no sólo se conforma con los títulos; también pretende la organización del Mundial 2014.

Fue un vídeo de la última final olímpica, entre Estados Unidos y España, el que sirvió para introducir al invitado y entrar en materia. De aquel partido nos quedaron dos recuerdos: el gran papel de nuestra Selección y el mal arbitraje, inmutable a los pasos de los americanos. A todo se refirió Baumann. "Vemos las imágenes de la final y sentimos que la emoción sigue fresca. Ese partido fue algo extraordinario, es increíble haber presenciado algo así. Yo no había tenido la oportunidad de asistir a un encuentro semejante y felicito al equipo de España y a la Federación por una actuación superestelar. Hicieron un gran trabajo. España ha demostrado hasta dónde puede llegar el baloncesto. Casi cinco mil millones de personas vieron el torneo de basket de los Juegos y 150 millones presenciaron el China-EE UU. Y no olvido que cinco jugadores de baloncesto fueron abanderados de sus respectivos países".

"Respecto al arbitraje Me dicen que una árbitro habló de consignas, ¿pero consignas de quién? ¿De la gente, de los medios? Fue un partido por encima del resto y no es fácil estar preparado para un partido así. La Comisión Técnica de la FIBA lo ha revisado con detalle, la última vez en enero, y hemos concluido que el arbitraje no afectó a España. Existieron, en cambio, tácticas desde el banquillo para influir en los arbitrajes y en los polémicos pasos. Cuando un jugador coge un balón y no hay nadie a diez metros, ¿qué vas a pitar? Yo fui árbitro en su día y puedo decir que Estados Unidos mereció ganar el oro, es un hecho que no es debatible".

Europeo.

Y del pasado, al futuro. El siguiente reto de España será en septiembre el Europeo de Polonia. Las aspiraciones siguen siendo máximas y Baumann lo comparte. "España tiene un equipazo y ahora un entrenador italiano. Si lo gestionan bien y el presidente le quita un poco de su propia presión al técnico, pueden ganar cualquier cosa...".

El calendario continuará con el Mundial de Turquía 2010. "Allí la situación no es fácil. La construcción de pabellones está programada, pero tiene que llegar a tiempo. Cuando quieren lo saben hacer, pero deben empezar ya. Todos recordamos los problemas que tuvo Atenas y sabemos que se trata de una cultura distinta. Por eso nos hemos dado un margen de dos o tres meses para poder elegir otro país si fuera necesario".

En el Mundial 2014, cuya sede se decidirá el 23 de mayo, no se prevén problemas. "Para la FIBA es un motivo de satisfacción que España, Italia y China quieran organizar el campeonato. Un Mundial no es mucho menos importante que una Copa del Mundo de fútbol. No genera tanto dinero, pero sí tanta o más ilusión. Jamás habíamos tenido pretendientes de tanto nivel con apoyos tan decididos, incluso de los ministros respectivos. No sólo la Federación Española quiere el Mundial, también el Gobierno de España y los aficionados. Sabemos que las tres candidaturas están en condiciones de organizar un Mundial, por eso buscaremos la proposición más creativa. Pero conociendo a Pepe Sáez no espero otra cosa que una candidatura extraordinaria...".

Apoyo.

La complicidad entre Baumann y Sáez resulta evidente. Cuando el Secretario General fue llamado "presidente" (lapsus inevitable por la autoridad que emana), el aludido replicó: "Yo no soy presidente (lo es Bob Elphinston), aunque quizá haya por aquí algún candidato a la presidencia...". Después valoró las opciones de Sáez si se presenta al cargo. "Vine a España después de que José Luis se pusiera al mando de la Federación y sigo diciendo que si habla inglés llegará muy lejos. Cuando considere cumplido su ciclo en España, estará en condiciones de asumir funciones muy importantes en la familia FIBA porque tiene facultades".

A continuación, Baumann, admirador de jugadores como Chris Paul o Kobe Bryant, perfiló el proyecto FIBA en contraste con los objetivos de la NBA. "La NBA es una organización privada que privilegia al jugador individual, mientras que la filosofía de la FIBA está más cercana al concepto de equipo del baloncesto universitario. Nosotros tenemos responsabilidad en el mundo entero y no gestionamos una liga para superdotados. Debemos pensar en otro baloncesto que, como el femenino, no puede permitirse triples a ocho metros".

"No obstante, hemos cambiado las reglas y nos acercamos más a un baloncesto unificado. Después del Mundial 2010 ya tendremos canchas iguales en todas las competiciones del mundo...".

Patrick Baumann suma a sus dotes como diplomático la neutralidad suiza, de manera que resulta difícil sacarle afirmaciones que le hagan tomar partido. Si le preguntan por las opciones de Madrid 2016, declina, elegante, por su condición de miembro del Comité Olímpico. "Sólo puedo decir que esta ciudad siente pasión por el baloncesto". Si le preguntan por su quinteto favorito, cita a sus ídolos de la infancia, "Mike D'Antoni y Dino Meneghin" (actual presidente de la Federación Italiana), pero evita formar un equipo para no dejarse a nadie. Hasta le cuesta valorar el mate de Rudy en el pasado All Star: "Yo le hubiera dado un diez, pero no estaba en el jurado...".

Su elocuencia se dispara cuando habla de la universalización del baloncesto. "Nosotros tenemos responsabilidad en el mundo entero. Estudiamos el potencial de África y Asia, cuyos equipos cuentan con muchos talentos, aunque carecen de estabilidad. Comprobamos que en China el baloncesto se ha convertido en el deporte nacional y advertimos la irrupción de grandes países como Kazajistán o de otros que serán importantes dentro de cinco o diez años, como India. Del resto del mundo nos falta Brasil, que debe adquirir un papel acorde a su historia y sus posibilidades. Los problemas de implantación en el Reino Unido esperamos que se solventen, en parte, con los Juegos de Londres 2012. También estamos atentos a Polonia, Ucrania".

"Estudiamos la posibilidades para crecer. En este sentido nos animan los Juegos de la Juventud, que se celebrarán el año próximo en Singapur, y donde el baloncesto participará, además de en el torneo convencional, en la modalidad de tres para tres".

Pero antes de preparar el futuro hay que asegurar el presente. Y el baloncesto europeo vive un conflicto entre la Euroliga, que pretende un torneo privado y cerrado, y la ULEB, que defiende la influencia de las ligas nacionales. "La FIBA lleva ocho años mediando. Somos partidarios de reforzar la Euroliga pero sin olvidar las competiciones nacionales, que deben ser la base y determinar la clasificación de los equipos. No nos gusta que se diriman las diferencias en los tribunales. Es evidente que algo no funciona cuando sólo acuden mil personas a un partido. Hay que reducir el número de clubes y, sobre todo, buscar soluciones para crecer".