ACB | Real Madrid 81 - TAU Vitoria 79
Una reacción antológica del Madrid tumba al Tau
Los blancos remontan 22 puntos, 16 en el último cuarto.
A la heroica, con coraje y orgullo ilimitado, el Madrid noqueó a un Tau pletórico, que llevaba 16 triunfos consecutivos y que ayer en el minuto 14 vencía por 22 puntos: 14-36. La remontada fue antológica, más brutal si pensamos que los de Ivanovic ganaban 53-69 en el último cuarto. La reacción sólo es comparable al minuto mágico de 2005, el del triple de Herreros. Enfrente, otra vez Splitter. Esta vez no fueron sus saques de fondo al final y sí cuatro tiros libres fallados (venía de una lesión en un difícil momento personal). Y también enfrente, Ivanovic, que volvió a padecer otra remontada imposible del Madrid. Antes, el Baskonia lo había bordado. Hilvanaba un juego precioso, de velocidad, de fuerza y, sobre todo, de pase, con Prigioni al mando. Bailaba al Real, que llegaba siempre un paso tarde a la ayuda. Un golpe letal tras otro. O eso pensábamos nosotros.
Sin embargo, este Madrid de Plaza cada vez recuerda más al de Maljkovic. Para lo bueno, y para lo malo, capaz de desequilibrar a enemigos en teoría superiores, de desequilibrarles cuando el partido parece perdido. Como ayer, en el inicio del último cuarto. El Tau se había llevado los tres primeros parciales y manejaba una renta de 16 puntos. Ivanovic sienta a Prigioni para sacar a Ilievski, también a San Emeterio. La Copa anda a la vuelta de la esquina. El Madrid lo aprovechó para descerrajar cinco triples: dos de Bullock, dos de Llull y otro de Hervelle. Choque empatado (72-72). Luego, 72-76 en un nuevo tironcito del Tau. Pero el Madrid ya había herido a la presa y, como en seis de los siete duelos anteriores, la cazaba en un último cuarto fantástico con los de siempre en pista. De no meter un triple (0/6), a fusilar al enemigo.
Los segundos finales coronaron al Madrid. Llull erraba desde la personal, pero Rako le imitaba con la prórroga a tiro: 80-79. Vuelven los guerreros de Boza, capaces de coger 50 rebotes (31 entre Reyes y Hervelle) y arrasar al Tau. Vuelve también la bullockdependencia, con un juego trabadísimo. Pero la diferencia está en Llull, que puede marcar época, más incluso por madridismo que por calidad y físico. Y eso es mucho decir. El grito de "Llull, Llull, Llull..." sobrecoge en Vistalegre. Espíritu.