Victoria sin buenas sensaciones

acb | real madrid 81 - granada 80

Victoria sin buenas sensaciones

Victoria sin buenas sensaciones

DANI SANCHEZ - Diario AS

El Real Madrid estrenó su casillero de victorias en la nueva temporada pero no ofreció a la afición de Vistalegre prácticamente ningún motivo para recuperar la ilusión. Si acaso, la lucha y la aportación de Felipe Reyes y los puntos de Hosley, que fue de menos a más para ser decisivo en un Madrid de nuevo sin orden y con muchas dificultades en ataque estático, con muchos jugadores escondidos, desde el recién llegado Massey a Hervelle o el otra vez intracendente Papadopoulos.

Debutó el Madrid en Vistalegre tras la derrota en Málaga y con sus traumas de la pasada temporada todavía a cuestas. Lo hacía con Massey, Hosley, Pepe Sánchez, un Lazaros teóricamente en mejor forma física y mental e incluso un Hamilton recuperado para la convocatoria. Sin embargo, el pívot norteamericano no debutó y el Real Madrid pasó un calvario, víctima de sus exagedaras limitaciones, para doblegar a un Granada que abusó de los de Plaza en el primer cuarto pero que fue perdiendo progresivamente frescura en ataque y terminó demasiado atascado ante un Madrid que vivió de su esfuerzo y de agotar al rival. Como un equipo menor, con la excepción del tremendo Felipe Reyes, anotador, reboteador y fajador infatigable. Su duelo con Borchardt fue de lo mejor de un partido que terminó siendo frustante para los vistantes y que siempre resultó insufrible por parte de los locales.

Poco o nada se nota la supuesta regeneración del Real Madrid. Si en Málaga valía la coartada del rival y la cancha, esta vez no hubo demasiada excusa para un Joan Plaza que de momento no parece acertar con la tecla que cambie la deriva negativa en la que fue cayendo su equipo a lo largo de la pasada temporada. Otra vez defensa muy blanda de salida; Otra vez, y durante todo el partido, falta absoluta de brillo ofensivo, sin sistemas y con casi todos los jugadores por debajo de sus posibilidades teóricas. Prácticamente todos menos Felipe Reyes y un Hosley que comenzó errático pero terminó siendo decisivo, rey en un país de tuertos como Bullock, demasiado irregular o Llul, intenso en defensa pero demasiado alocado en ataque estático; o directamente ciegos, como un Lazaros que no muestra la recuperación apuntada en pretemporada, un Massey irrelevante que dejó un mate de cara a la galería y una ristra de faltas personales, un Pepe Sánchez a un nivel muy bajo o un Hervelle desconocido, desacertado y ofuscado, necesitado de un buen partido para reafirmar sus indudables condiciones.

El Granada desborda al Madrid a base de sentido común

El primer cuarto fue una exhibición del Granada (14-24) que no hizo nada más que jugar al baloncesto con sentido, criterio y un equipo equilibrado en el que Hunter, actuando de base, se mostraba letal desde la línea de 3 puntos, al igual que Juanpi Gutierrez, que creaba un soduko irresoluble a la defensa del Madrid cada vez que se abría para lanzar. Con eso, el trabajo constante de Borchardt como referencia en la zona y un ataque jugado con sentido, con el balón entrando y saliendo de la zona y con búsqueda paciente de pases extra, Trifón Poch superaba claramente a un Plaza que rotaba jugadores y se encontraba con un ataque pobre y limitado a acciones individuales, apartado en el que tampoco anda sobrado entre la falta de calidad anotadora de algunos jugadores y el mal momento de otros, como Tomas, todavía nada que ver con el jugador más maduro y responsabilizado de Fuenlabrada.

Después de un 2-0, el Granada empezó a funcionar con porcentajes exageradamente altos de tiro (letal Hunter con 4 de sus primeros 5 triples convertidos) y voló hasta un 6-17 ante un Real Madrid que no hacía más que acumular faltas y desesperarse (y desesperar) en ataque. En el segundo cuarto el Madrid mejoró algo en defensa, con Llul muy activo en el exterior, y el Granada fue bajando el pistón, incapaz de mantener la intensidad y el acierto del primer cuarto. Así el partido se fue retorciendo y afeando, terreno propicio, por sorprendente que parezca, para los de Plaza, que fueron limando puntos con sufrimiento y sudor, a base de cargar y cargar el rebote ofensivo, a base de apariciones puntuales de Llul o Bullock, y más constantes de Hosley y un Felipe al que Plaza tuvo demasiados minutos en el banquillo antes del descanso.

El Madrid remonta con sufrimiento

Aún así, el Granada se apañó para mantenerse por delante hasta el descanso (42-47) con Gutierrez y Hunter todavía produciendo y ante un Real Madrid para el que cada ataque era un martirio, agotando posesiones sin crear buenos tiros y con un Hosley que a base de intensidad fue entrando en el partido.

El vuelco llegó en el segundo tiempo, pero de nuevo fue doliente, sufrido. No hubo una remontada plausible del Real Madrid ni unos minutos especialmente positivos. Más bien, una nueva mejora en defensa que contribuyó al colapso absoluto del Granada, que con 12 puntos en el tercer cuarto seguía mandando en el partido (58-59), tras alguna ventaja de un Madrid capaz de fallar bandejas debajo del aro y de llegar al ecuador del último cuarto con todo por decidir (65-64). En esos últimos minutos los de Plaza demostraron algo más de entereza en un carrusel con más fallos que aciertos.

Sin embargo, los blancos sólo lograban pequeños tirones que no rompían el partido y el Granada resistía a base de parches contra los puntos de Hosley y los rebotes de Felipe. Un triple de Hunter, desacertado en el segundo tiempo, ponía el marcador en 77-76 dentro del último minuto. Con 79-77, los árbitros dieron al Real Madrid un saque de fondo en un balón que había tocado Pepe Sánchez... el banquillo del Granada protestó en vano, y la victoria se quedó en Vistalegre, para premiar a un real Madrid que está muy lejos todavía del nivel que debe mostrar para volver a luchar por los títulos, y para castigar a un Granada al que se le hizo muy larga la segunda parte y al que faltó algo más de regularidad ofensiva en para haber pescado un triunfo de oro en la que debe ser una de las pistas más difíciles de la ACB. Siempre y cuando, claro, el Real Madrid mejore mucho...