El Estu se asoma al hoyo

Otro pasito del Estu hacia el precipicio. "Quedan cuatro partidos", recuerda Perasovic. Sí: lo malo es que quizá necesiten ganar los cuatro para salvarse. Y, por supuesto, si el equipo juega (o desjuega) como lo hizo ayer frente al Gran Canaria, mal asunto para los madrileños.

Ganó el conjunto isleño casi por imposición. No hizo un gran partido, tuvo eclipses de juego que cualquier adversario eficaz habría aprovechado para llevarse el partido, envuelto en papel de regalo, pero el Estu se empeñó en perder. Y cuando su esfuerzo defensivo le permitió recortar desventajas, ponerse a tiro de vuelco en el marcador, su espantoso ataque le impidió tomar el mando. El equipo madrileño, una vez más, evidenció carencias en todas las posiciones, pero la esencial está en el puesto de base. Sergio Sánchez es un director de orquesta al que le gusta el jazz y hace solos de batería desde el atril. Y aún así es el mejor del equipo en ese puesto. O, al menos, así lo piensa Perasovic, que olvidó a Walker Russell y sólo concedió tres minutos a Gonzalo Martínez. Lo justo para que éste intentase hacerlo todo en un parpadeo. Naturalmente, la pifió. A partir de entonces, cada cual por su cuenta. Jasen y Suárez en plan kamikaze. Los demás, en desánimo creciente.

Un 12-2 de salida marcó el signo del choque. Estudiantes fallaba tiros y regalaba balones. El Granca se limitó a rentabilizar los errores del rival.