Baloncesto | El deporte llega hasta la política
Cronometradores ACB midieron ayer el debate Zapatero-Rajoy
Dos cronometradores de baloncesto, miembros de la Federación Madrileña y que han controlado partidos de ACB y del Eurobasket, midieron el debate entre Zapatero y Rajoy. La misión era que hablaran lo mismo. Cumplieron.
El baloncesto es el reino de los segundos. Ningún otro deporte ha llevado el análisis y control del tiempo hasta sus límites: tres décimas bastan para hacer un tiro ortodoxo y cambiar el destino de un partido, a veces de una vida. Por eso el dedo firme del cronometrador es sagrado, tal vez el pulgar más decisivo desde el del César en el circo romano. Ayer, dos oficiales internacionales de la Federación Madrileña de Baloncesto se encargaron de medir el partido más importante del año: el debate televisivo entre Zapatero y Rajoy.
Como la campaña electoral se juega casi entera en casa, en mítines repletos de una hinchada entregada, para este enfrentamiento en campo neutral PSOE y PP pactaron previamente hasta el último detalle y el tiempo, por supuesto, no fue excepción. Cinco temas divididos en tres intervenciones de dos minutos y otra de uno, además de una exposición inicial y un epílogo de tres. En total, 41 minutos por barba. Ni un segundo más ni uno menos.
Neutrales.
Y controlando el riguroso respeto a lo acordado, dos cronometradores con experiencia en ACB, Euroliga y Eurobasket. Si mantienen la cabeza fría cuando Gasol puede darle el oro a España en un Palacio de los Deportes repleto, el gremio es la imparcialidad personificada (menos en Grecia, claro). Por eso anoche dirigieron el debate desde bambalinas.
Campo Vidal ejerció de árbitro, marcando los tiempos ("Le quedan 10 segundos"), pero allí mandaban los oficiales ACB. De hecho, había hasta reloj de posesión en un monitor para cada candidato. En más de una ocasión, se les fueron los ojos mirando el tiempo y aceleraron su habla. El tic-tac pone nervioso, amigos, y hace falta mucha experiencia y sangre fría para ser un Djordjevic o un Horry.
Y es que, desde que la NBA instauró el tiempo de posesión en 1954, los segundos han sido horas para los jugadores de baloncesto, con los tres segundos eternos de la victoriosa canasta de Belov y la URSS ante EE UU en Múnich 72 como ejemplo máximo.
Jugar al baloncesto es jugar con el tiempo. Y los genios lo dominan mejor. Lo hacía Ferrándiz con los infantiles del Madrid, cuando aún no había límite de posesión, pasándose la pelota durante siglos hasta que la defensa rival, desesperada, perdía el sitio. Y Aíto, con estudios de Telecomunicaciones, diseñó en los 70 los primeros videomarcadores que conoció España.
Ambos saben que controlar el tiempo da la victoria. Viendo que ayer ya había cronometradores ACB, Zapatero y Rajoy deberían ficharles de jefes de campaña. Como cantaron los Stones, otros para los que los minutos transcurren más lento, el tiempo estaría de su lado.