Baloncesto. Copa del Rey | Real Madrid 76 - DKV Joventut 81
Ricky apuntilló al Madrid en un choque memorable
El Joventut aguantó el ímpetu blanco y jugará la final
En la hora de los hombres decidió un crío. Dos minutos para el final y punto arriba para el Madrid (76-75) que acababa de remontar una desventaja de 10 puntos (58-68, min. 29). Sí: era el momento de los campeones, de las estrellas de pulso firme curtidas en mil batallas. Pero fue un chaval de 17 años, Ricardo Rubio Vives, Ricky de El Masnou, quien dio la réplica en el Joventut. El epílogo del drama quedó así: bandeja de Ricky (76-77), fallo de Mumbrú, dos tiros libres de Edu (76-79), fallo de Smith... y estocada final de Ricky (76-81). El Madrid a casa, la Penya a la final contra el Tau y un millón de espectadores, en directo o por la tele, felices con la colosal exhibición de basket que habíamos degustado.
¡Y era una simple semifinal! Recomiendo a David Stern, tan preocupado por la pérdida de audiencia en la NBA, que ofrezca este partido para recuperar adeptos. Con permiso de Pau y Kobe, el recital del dúo R&R ha sido memorable.
Porque Rodolfo Fernández Farrés, alias Rudy, también aportó su magia. En las postrimerías del tercer cuarto logró un enceste que, de haber jugado al basket, habría firmado el propio Churriguera. A la ramanguillé y con el codo, casi desde diez metros... y canasta. Si le meten eso, tras 23 segundos de magnífica defensa, es que el Madrid está predestinado a perder, dijo mi compañero Ojeda. Acertó. Los 11 puntos de margen que había logrado el Madrid en el primer cuarto, con avalancha de triples, no sirvieron de nada.
Como dijo Aristóteles, de tres en tres se llega antes. Y Aíto, que es peripatético, aceptó el reto. Con triples, master defensivo y un crío genial, ganó la Penya. Chapeau, señores. Chapeau, chaval.
Bullock, lastrado por un golpe
Louis Bullock tuvo un gran inicio de partido, pero no logró continuidad porque, en un choque con Laviña durante el primer cuarto, sufrió un golpe en una tibia que le impidió rendir con normalidad en la fase final y decisiva del partido.