Los verdinegros se confiaron en exceso en los dos primeros cuartos y tuvieron que hacer un esfuerzo defensivo para darle la vuelta al encuentro y ganar con comodidad. Rudy Fernández, que despertó tras el descanso, acabó conduciendo a su equipo hacia un triunfo que le mantiene líder del grupo a falta del último partido ante el Siauliai.
La frialdad de las gradas del Palau Olímpic se les contagió a los diez jugadores que comenzaron el partido (3-2, min. 5). El DKV Joventut jugó de manera calamitosa, con Rudy fallando sus tres primeros triples y sin intensidad defensiva.
Los bosnios aprovecharon esta circunstancia para irse en el marcador hasta los 12 puntos de diferencia (12-24, min. 13) gracias al acierto de Rahimic y Pasalic. Aito solicitó un tiempo muerto para poner fin a la desidia de sus jugadores, lo que le dio resultado.
El Bosna no se rinde
El Bosna tuvo muchos problemas para superar la presión a toda la pista de los verdinegros que en cinco minutos consiguieron un parcial de 14-2 que igualaba el partido (26-26, min. 18). La Penya se fue al descanso con dos puntos de ventaja (31-29) tras una última canasta de Mallet.
La segunda parte transcurrió por cauces más normales. Hernández-Sonseca mandó bajo los aros y Rudy anotó su primer triple en el minuto 26 (47-42). El Bosna, sin embargo, no dio su brazo a torcer con Ikonic y Rahimic supliendo la nula aportación de los cuatro norteamericanos del conjunto bosnio.
Un triple de Barton llevó al DKV Joventut a su máxima renta (62-52, min. 30), poniendo fin a la resistencia del Bosna que en el último período se desinfló. Dos triples de Rudy Fernández dieron a la Penya la tranquilidad definitiva (71-59, min. 35) aunque no a Aito, al que su público se le rebeló pidiendo insistentemente, a falta de 3'50", que hiciera jugar a Popovic.
El jugador serbio, muy querido entre los aficionados por su entrega en la pista, se ruborizó y agradeció tímidamente el apoyo pero su entrenador no claudicó ante el clamor popular. Fue un curioso colofón a un partido para olvidar.