Se llama Giant Steps: Pasos de Gigante. La primera autobiografía de Kareem Abdul-Jabbar, el máximo anotador de todos los tiempos en la NBA, la maravilla humana de Brooklyn que, en los turbulentos años 60, esculpió John Wooden en el Pauley Pavillion de UCLA, la Universidad de California en Los Ángeles, Westwood. Entonces, Kareem se llamaba Lew Alcindor...

Pero, por inteligente que sea Alcindor-Jabbar, que lo es, poco pudo sospechar que sus pasos de gigante y la misma herencia del genio Wooden producirían, cuatro décadas después, ya en otro siglo, pero también en Los Ángeles, una huella también gigantesca. Una huella de 213 centímetros llamada Andrew Bynum, de Plainsboro, New Jersey.

El 2 de noviembre de 2005, con 18 años y seis días, Bynum se estrenó con los Lakers como el debutante más joven en toda la vida de la NBA. Tras dos años de trabajo personalizado con Jabbar ("Andy sigue aprendiendo de mí esos movimientos de espaldas a canasta que me enseñaba Coach Wooden, soy feliz cuando le veo hacerlos", contó Kareem a AS en 2006), las explosiones de Bynum empiezan a cegar a la NBA: 24 puntos a los Sixers, en Filadelfia. 28 a los Suns, el Día de Navidad. Ha tapado la boca a Kobe Bryant, el astro bocazas, que fue grabado en junio pasado, cuando pedía el traspaso del joven gigante. Ahora, Bynum (12,5 puntos y 10,1 rebotes de media) lidera a los lanzados Lakers (18-10) en rebotes, tapones y porcentaje de tiros. Kobe se calla. El viejo gurú Wooden aún sonríe.

Fran Vázquez, elegido un puesto por debajo

El Draft NBA de 2005 en el que los Lakers eligieron a Bynum con el número diez puede ser histórico... precisamente por el rastro de Bynum. Entonces, Andy (17 años, ocho meses) se convirtió en el jugador más joven jamás drafteado. Por delante de él fueron Villanueva, Frye o Ike Diogu, que han rodado incluso en traspasos. Un puesto por debajo, en el once (Orlando), salió Fran Vázquez.