Exhibición de Tunceri y Smith ante el Menorca

Y, de improviso, se diluyó el Menorca. Lo que había sido un puzzle bien encajado, capaz de distanciarse 9 puntos del Madrid (27-36) mediado ya el segundo cuarto, se quebró en pedazos tras el intermedio, cuando Kerem Tunceri y Spider Smith (13 puntos entre ambos en cuatro minutos) decidieron brindarnos su corto, impresionante, afinadísimo recital.

Lo que había sido amago de sorpresa y magnífica imagen del equipo visitante, pasó a ser hundimiento acelerado del quinteto balear y dominio insultante, inapelable, del Real Madrid. ¿Motivos de la transformación? Ante todo, que Joan Plaza dio la orden de '¡a la carga!' y el Real sacó las garras en defensa. Solventada la somnolencia atrás, sólo quedaba pisar también el acelerador en el ataque. Y fueron, como dije, Smith y Tunceri quienes se encargaron de ello. Un pisotón de pocos minutos, pero suficiente para que el Madrid despegara como un cohete.

Tunceri a la batuta, Charles Smith de solista virtuoso (sumaría 20 puntos con un solo fallo en el tiro) y los demás ejerciendo de coro. Cuando la diferencia subió a 15 puntos (73-58, min. 30), el quinteto balear sacó bandera blanca y se resignó a lo inevitable. El margen sobrepasó los 20 puntos (84-60, min. 34) y Plaza dejó otra vez el asunto en manos de Raúl López (que había cortado la primera escapada visitante con tres triples consecutivos) y de los griegos Pelekanos y Papadopulos, que son como Bambi y Mazinger Z en cuestión peso.