Lorbek y Gabini hunden a un Madrid descentrado

Decidió la ambición. O la necesidad, escojan lo que quieran. Al Lottomatica le urgía la victoria para mantener esperanzas de supervivencia y puso más intensidad y coraje en la lucha. Por eso ganó. El Madrid, sin agobios en la clasificación, pensó que le bastaría con exhibir su palmito y se llevó un chasco. Más preocupados de protestar a los árbitros que de fajarse en defensa, los hombres de Plaza no acabaron de concentrarse en el juego y, aunque superiores en talento, acabaron cediendo ante la agresividad defensiva y atacante del equipo italiano. Los árbitros facilitaron el trabajo local con una actuación permisiva, pero fue la irregularidad y escasa concentración lo que en verdad hundió a los madridistas.

Aparte de su intensidad el Lottomatica necesitó pocos argumentos. Buen planteamiento y dirección de partido por parte de Repesa, efectividad de Lorbek en el juego interior (pudo siempre con Papadopulos, y más aún con Sekulic) y la versatilidad de Roberto Gabini, que ganó siempre la batalla a sus rivales directos.

El Madrid empezó fuerte, con dos ventajas de diez puntos ya en el primer cuarto, pero la rotación de Plaza (quinteto nuevo en sólo ocho minutos) quebró el ritmo del equipo y no lo recuperó en todo el encuentro. Se notaron mucho los descansos de Tunceri, porque Raúl López tuvo un día espantoso.