Baloncesto | Hall of Fame
Hall of Fame: la meca que honra a Naismith
Springfield, ciudad en la que James Naismith inventó el baloncesto en 1891, tiene una joya en el Hall of Fame del baloncesto. Las leyendas de este deporte se reúnen en Massachusetts cada mes de septiembre para recibir a los nuevos miembros. Un honor que AS vivió de cerca.
El vuelo fue placentero -no siempre se viaja con un hall of famer y en business- y el fin de semana en Springfield (Massachusetts, Estados Unidos), inolvidable. Pedro Ferrándiz era elegido miembro de la Clase 2007 y pisaba la meca del baloncesto, el lugar donde las leyendas se juegan un cinco contra cinco. El Hall of Fame de Springfield es, por así decirlo, la casa en la que todos se reencuentran cada mes de septiembre. "Aquí recuerdan historias, partidos, anécdotas, y todos los que formamos parte de este edificio nos sentimos orgullosos. Pedro es el último que se une a nuestra familia", nos reconocía John Doleva (en la foto superior), presidente del Hall of Fame.
A cinco minutos en coche (por ejemplo, en Rolls Royce, como en la ceremonia en la que Pedro recibió el anillo) del centro hotelero de Springfield, el Hall of Fame se levanta con un enorme balón de cristal como referencia. Para ser exactos, el tercer Hall of Fame, pues el edificio en el que Ferrándiz fue premiado se inauguró en septiembre de 2002. El sueño de crear un Hogar del Baloncesto nació en 1959. ¿Por qué en Springfield? Porque allí empezó todo, no en vano en las matrículas de sus coches se lee la leyenda: "Birthplace of Basketball (Lugar de nacimiento del baloncesto". Nació en 1891 gracias a James Naismith, profesor del Springfield College. Había que inventar un deporte que pudiera practicarse en invierno, cuando la nieve colapsaba el campus. Un balón y una cesta de madera y... bingo: el BALONCESTO.
El Hall of Fame trata de recoger el legado de Naismith y los demás pioneros de este deporte. Y lo hace con un Comité de Honor al que llegan las candidaturas de los Comités de Selección. Hay cuatro apartados en los que uno puede aspirar a entrar en la leyenda: jugador, entrenador, árbitro o directivo (en inglés contributor, término que engloba a quienes tienen una aportación significativa al baloncesto). Entre el 1 de octubre y el 2 de diciembre se presentan las candidaturas. Los cuatro Comités de Selección las estudian y para avanzar al Comité de Honor deben lograr un mínimo de votos: Norteamérica (al menos 7 de los 9 votos totales de que dispone dicho comité), Femenino, Veteranos e Internacional (5 de 7 en todos ellos).
Posteriormente es el Comité de Honor el que analiza a los candidatos y determina si se convierte en un hall of famer (cuando consigue 18 de los 24 votos posibles). Ferrándiz fue finalista en 2001, 2003 y 2006. En 2007, por fin, el sueño se ha cumplido y su nombre entra en una lista en la que también figura Antonio Díaz-Miguel (1997). Dos españoles entre 281 leyendas. Como para sentirnos orgullosos. Mucho.