ACB - Cuartos de final | Real Madrid 84 - Pamesa Valencia 81
Sufrida victoria blanca ante un tenaz Pamesa
Un tapón de Hervelle a Garcés evitó la sorpresa en Vistalegre
Tiempo de playoff, tiempo de nervios y agitación. El momento de la verdad en la Liga ACB se ha abierto con un choque taquicárdico entre Real Madrid y Pamesa, resuelto a su favor por el equipo madrileño con mucho más sufrimiento y agobio de lo esperado. Durante 23 minutos la batalla se atuvo más o menos al guión previsto, con escapada paulatina del Madrid hasta una ventaja máxima de 16 puntos (53-37), pero cuando todo parecía encarrilado hacia un festival blanco, el Pamesa emergió del barro, con Albert Oliver de revulsivo, y no sólo recortó distancia, sino que se puso tres puntos arriba (66-69) con un parcial de 13-32 (ahí es nada) entre los minutos 23 y 34.
Desde ahí al final, toma y daca tremendo, tiempo para valientes y guerrilleros. El Madrid recuperó la compostura perdida merced a Hervelle, Charles Smith y Álex Mumbrú, que dieron otro tironcillo crucial en el minuto 36 (77-71). Pero el Pamesa no había dicho su última palabra. Con triples de Miralles y Rubén Douglas (a quien Smith había mantenido a cero hasta el descanso), el marcador sufrió otro vuelco y el quinteto valenciano se puso de nuevo arriba a medio minuto del sirenazo (80-81).
Alta tensión.
En el cara o cruz definitivo, fortuna para los de casa. Dos tiros libres de Bullock aupaban al Madrid (82-81), pero aún con 27 segundos por delante para que atacase el Pamesa. Rubén Garcés estuvo a punto de aprovechar esa posesión con un mate explosivo a falta de cinco segundos, pero Hervelle frustró su intento con un gorro impresionante. Tunceri recogió el balón (llegando desde fuera del rectángulo, cosa que no advirtieron los colegiados), le hicieron falta y añadió dos tiros libres para el Real, con un segundo por quemar (84-81). Lo más lógico habría sido fallar a propósito el segundo intento, pero a pesar de ello ya no se movería el tanteo porque Timinskas no hizo diana en su postrer lanzamiento a la desesperada.
Apasionante primer acto, en definitiva, de este maratón que, como una gran final de tenis, se resuelve al mejor de cinco sets. El Pamesa rozó el break en la apertura, pero el Madrid lo evitó de milagro.