Baloncesto | 59ª gira mundial de los Globetrotters
Madrid recibe de nuevo a los magos del basket
Con lo inverosímil como norma, los Harlem Globetrotters llevan 81 años popularizando el baloncesto a todas las escalas. Iniciaron su andadura en Chicago, en un salón de baile, y siguen en activo, ahora enlazando vueltas al mundo sin descanso, para alegría del público infantil.
Ojos como platos, cara de asombro y aplauso entusiasta. Es una reacción que Michael Jordan provocaba en cualquier adulto amante del baloncesto. Pero en los niños ese privilegio les corresponde a los Harlem Globetrotters, los jugadores que convierten el deporte en magia, diversión y espectáculo. Están ahora en su 59ª gira mundial y a lo largo de 81 años de actividad han justificado largamente su calificativo de trotamundos. Han actuado en 123 países y un millar de ciudades. Han jugado cerca de 26.000 partidos, ante 120 millones de espectadores. Múltiples generaciones de niños, en los cinco continentes, recordarán siempre aquel día fantástico en que, de la mano de sus padres y junto a sus hermanos y amigos, se entusiasmaron con unos gigantes negros que manejaban el balón como malabaristas y hacían todas las filigranas imaginables frente a unos aturdidos rivales blancos. Hoy y mañana les corresponde a los niños y niñas madrileños conocer a este mítico conjunto norteamericano, que actuará en el Telefónica Arena frente a su resignado sparring, New York Nationals.
Estrellas.
Las figuras actuales, Shane Christensen o Showtime Gaffney, son dignos sucesores de jugadores inolvidables como Reece Goose Tatum, Meadowlark Lemon o el mismísimo Wilt Chamberlain, deportistas grandiosos que han enaltecido la historia de los Globetrotters.
Shane Christensen (nº 16) es el capitán del momento, toda una institución en el equipo y ejemplo para sus compañeros. Se le considera el mejor driblador de todos los tiempos, innovador incansable. Showtime Gaffney (nº 32) es el hombre que provoca la risa, las carcajadas, un cómico nato que exhibe a la vez una gran técnica como pívot, con efectivos tiros de ganchos desde media pista. Es una delicia para los espectadores y un tormento para el árbitro, Barry Terry, a quien le toma el pelo y con el que discute a menudo.
Desde que Abe Sapertsein lo creó en 1926 el equipo ha vivido etapas diversas. Primero animó los intermedios de un famoso salón de baile en Chicago (su primera denominación fue, de hecho, los Savoy Five) y después entró en competiciones profesionales, precursoras de la NBA. Con el tiempo polarizó su actividad en espectáculo puro y estimulante.