ACB | Estudiantes 87 - Real Madrid 85
Un triple de Gonzalo apuntilló un gran derbi
Electrizante batalla entre el MMT Estudiantes y el Real Madrid, un derbi que cumple sus bodas de oro en la Liga española. El equipo colegial logró su undécimo triunfo consecutivo con Mariano De Pablos de entrenador (séptimo en la ACB) y descabalgó al Real del liderato.
Punto primero: se acabaron los triples, se acabó el Madrid. Punto dos: olé sus reaños, señor De Pablos. Gonzalo perdió el balón ganador a diez segundos del teórico final, pero usted le mantuvo en la prórroga y Gonzalo recompensó esa confianza con el triple que, esta vez sí, ganó el partido. Punto tercero: olé para el arbitraje. Pitaron lo justo, dejaron jugar, colaboraron con el espectáculo, sin autoritarismo absurdo, dejando incluso desahogarse a los jugadores en algunas quejas.
Y cuarto punto: par-ti-da-zo. El derbi madrileño, a sus 50 años, tiene la vitalidad y la pasión de un chaval en pleno desarrollo. Ninguno de los diez mil y pico espectadores que abarrotaron el Madrid Arena se arrepentiría de haber aplazado la escapada de Semana Santa. Para la parroquia colegial, especialmente, fue un sábado ilustre. Siete victorias sin fallo desde la Copa del Rey que el Estu no jugó. Otra vez en puestos de playoff. Y, lo que es más importante, mojadita de oreja al ilustre vecino. Adiós al liderato para el Real Madrid.
La rúbrica de este gran derbi la puso Gonzalo Martínez, con un triple a nueve segundos del final de la prórroga. Cincuenta años atrás, su tío Luis Martínez Arroyo dirigió también al Estu en el primer derbi de la Liga. Y años después, su padre, Juan, hizo historia en el club y en la Selección. No diga Estudiantes, diga Martínez. Porque también su tío Fernando y su hermano Pablo han defendido la camiseta azul en el primer equipo del club.
Alternativas.
De tres en tres se llega antes. Con cinco canastas de tres puntos en dos minutos (18 al 20) el Madrid alcanzaba el decanso con diez puntos de renta (35-45), la única amplia en dos periodos frenéticos. Contrataques a toda pastilla y tiros a la primera, en plan metralleta. Pero Estudiantes buscaba la pintura (McDonald) y el Real ensayaba más triples que tiros de dos puntos. Como el porcentaje desde el perímetro era bueno (8 de 20, 40%), el Real mandaba en el marcador. Además, el montenegrino Sekulic, debutante en un derbi, se lucía en ataque complementando el esfuerzo de Felipe Reyes.
Pero en el tercer cuarto perdieron la puntería los fusileros de Plaza (0 de 7) y Estudiantes remontó (69-68, 73-70), merced a su agresividad en defensa y a su picardía en la ofensiva, atacando sobre la defensa de Bullock o cualquier punto débil blanco en los emparejamientos. Todo pasó a ser un cara o cruz que Estudiantes pudo resolver ya en el último ataque del cuarto periodo (76-76, diez segundos para el sirenazo), pero Gonzalo perdió el balón y hubo prórroga. Y en el suplemento, Gonzalo, pequeño gigante, tumbó a Goliath.