Un pasito más. O lo que es lo mismo, otro triunfo que permite seguir mirando hacia adelante, a esa autovía en la que De Pablos ha metido al Estudiantes, y olvidarse del retrovisor y las curvas de la zona baja. Y todo en un partido de parciales que volvió loco a más de uno. Primero golpeó el MMT Estudiantes. Su parcial, demoledor, tuvo al Etosa sobre la lona el final del primer cuarto y el inicio del segundo. Desde que el gigantón Sundov (2,21) anotó un triple, los de Poch dejaron de ver aro. Todo lo contrario hizo el Estu, que firmó un 18-0 que cambió el 12-14 en un 30-14 que parecía encarrilar el triunfo local.

No fue así. McDonald dejó de anotar y Gonzalo cedió en su pulso con Fisher, ex madridista que suplió a otro ex madridista, Sonko, cuyos mejores días quedan ya tan lejanos que casi los hemos olvidado. Los Lewis, Quincy y Larry, lideraron el despertar alicantino, que, ahora sí, golpeó de lleno. Respuesta al parcial del Estu: uno de 10-28 para llegar al descanso (40-42). Un poquito de luz arriba -Fisher metió kilos ante Gonzalo y Angulo tiró de oficio- y algo de morder abajo con la zona de Poch y el Etosa recobró el mando. Y siguió caliente tras el descanso. Un parcial de 10-0 llevaba el miedo a las gradas (40-50). Había que tirar de repertorio, así que Sánchez, Garnett, Iturbe, Jasen y McDonald juntitos en cancha. Todo el arsenal sobre el tapete.

El primero en dar un paso al frente fue Iker con un triple (45-53). Y poco a poco el Estu se reanimó, bien llevado, ahora sí, por Gonzalo. A tiro de cinco (62-67) entró Estudiantes en el último cuarto. Un triple de Suárez igualó la contienda (73-73). Y otra canasta suya más adicional puso el 76-73. Y ahí ganó el Estudiantes, con un parcial en los últimos cinco minutos de 23-8. De la mano de Suárez, a quien se esperaba desde hace semanas. Ya está aquí. En su mejor versión.