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ACB | MMT Estudiantes 87 - Gran Canaria 89

El Estudiantes quema sus opciones de Copa

Sufrió su quinta derrota seguida ante un práctico Gran Canaria

<b>FRÍO AMBIENTE. </b>Jasen busca un enceste para Estudiantes, que esta vez tuvo poco respaldo en las gradas del Madrid Arena.
jesúrubio

Estudiantes se ha hecho abstemio. No tuvo Copa el año pasado ni la tendrá en el actual. Su fracaso podría disculparse si se trata de dar ejemplo a los alumnos del Ramiro para que renuncien al botellón. Pero me temo que no van por ahí las cosas. Sencillamente, lo han hecho mal. Han pagado el tributo a la peor defensa del campeonato (requesón puro en la zona para las entradas contrarias), han acusado la inmadurez de la plantilla, y no han logrado reemplazo adecuado para baluartes importantes como Azofra, Carlos Jiménez o Sergio Rodríguez. Por si fuera poco, Pedro Martínez se unió esta vez a los desatinos de sus jugadores y tuvo un error estratégico en el último minuto (87-87, todo por decidir) que le costó el partido.

Tras ir a remolque casi todo el choque (desventaja máxima, 9 puntos), Estudiantes apretó en defensa en el último cuarto y evitó las canastas fáciles que había logrado hasta entonces el Gran Canaria (0 a 18 de balance en puntos tras pérdida rival). Tras igualar a 87 Estudiantes disponía incluso de posesión para tomar el mando. Pedro Martínez decidió jugar con dos bases, metió de nuevo en pista a Sergio Sánchez, especialista en el uno contra cinco. Sergio perdió el balón y luego no contuvo a Hunter, que culminó su tarea de verdugo con la canasta decisiva (87-89). Mientras aquello ocurría, los hombres que podían haber completado la remontada, McDonald, Garnett, asistían impotentes al hundimiento colegial. Ya sólo hubo tiempo para un último ataque, desperdiciado ahora por Gonzalo Martínez con un triple lejano. Con variados deméritos, ganándose a pulso la derrota, Estudiantes decía adiós virtualmente a sus esperanzas de jugar la Copa.

El Gran Canaria, al contrario que el equipo madrileño, apuró al máximo sus opciones, mostrando orden, oficio y sentido colectivo del juego. Sólo perdió tres balones (frente a los 11 del Estudiantes) e hizo una excelente lectura de cada situación, aprovechando tanto las rachas de Vroman en el juego interior como las de Hunter en el perímetro. Compensó muy bien la sensible baja de Savané (al revés que ocurrió con la de Iturbe enfrente) y se adjudicó una victoria más que merecida. El equipo canario controló siempre el tempo de juego (gran labor de Mario Fernández) y cada vez que Estudiantes recortó en el marcador respondió con serenidad, estableciendo nuevas escapadas.