Baloncesto ACB | Estudiantes 64 - Akasvayu 77
El Akasvayu se diploma ante un torpe Estudiantes
Excelente Marc Gasol y tarde aciaga de Will McDonald
Con Maceiras en el despacho y Pesic en el banquillo (más Alemany en la cumbre, por supuesto) el Barça conquistó la triple corona. Ahora no está Salvador Alemany, pero Maceiras y Pesic, trasplantados a Girona, siguen demostrando su habilidad con el cemento. Han ido al contenedor del Barça, recogieron los ladrillos desechados por el equipo azulgrana y en un pispás han construido un equipito más que digno que anuncia subir muy alto. Ayer, tras una semana agotadora y caótica por aeropuertos de media Europa, le dio una lección de juego y concentración al Estudiantes. Era el octavo triunfo en once jornadas, lo que asegura virtualmente al Akasvayu eso que el Winterthur aún tiene lejos: el pasaporte a la Copa. Sada, Fucka, Thornton y Marc Gasol, que no le servían a Ivanovic, están demostrando ser retales preciosos.
Estudiantes se lo puso fácil a su adversario. Al equipo madrileño le fallaron sus hombres básicos y no tuvo compensación en el banquillo. Falló Will McDonald (apenas una canasta por cuarto), con lo cual no hubo juego interior. Fallaron los bases (Gonzalo perdió la batuta, y Sergio nunca la ha usado) y Jasen&Garnett estuvieron muy solos en el juego exterior. Suárez, al faltar Iturbe, actuó de '4', y Sanikidze aún está verde cual pepinillo.
Marinovic y Arriel McDonald, dos bases con talento y oficio, llevaron con firmeza las riendas de su equipo y del partido. En defensa, el equipo catalán planteó ráfagas de presión que motivaron muchas pérdidas a los colegiales. En ataque mostraron buen equilibrio en juego interior y exterior. Cuando Estudiantes se cerraba sobre Gasol entraban en acción los pequeños. Sada dio el primer aviso con seis puntos consecutivos (18-22) y la pareja Arriel-Marinovic firmó la escapada definitiva, con cinco triples en el tercer cuarto (48-63, min. 29).
Pedro Martínez intentó compensar la ventaja física y técnica del Akasvayu con rotaciones y esfuerzo defensivo, pero sólo consiguió incrementar el desorden. El conjunto catalán no perdió nunca la concentración y mantuvo un nivel constante con diversos quintetos.