Copa ULEB | Unics Kazan 100 - Real Madrid 94
El Madrid se empeñó en tirar el partido en Kazan
Cayó en la prórroga tras ganar por 9 a falta dos minutos
Dije el domingo que me extrañaba que Joan Plaza exprimiese muchos minutos a Bullock, en un partido decidido en el descanso. Quizá por ello me sorprende menos que ayer, en Kazan, Sweet Bullock fuese el principal orfebre del regalito-joya que le hizo el Madrid al Unics Kazan, para alegría de su (hasta entonces), adormecido público.
A dos minutos del (teórico) final, el Madrid era superior en todo (rebotes, porcentajes de tiro, balones robados...) y tenía el triunfo en la mano (70-79). Al Kazan sólo podía salvarle que Bullock fallase cuatro tiros consecutivos (lo que ocurrió, además de una pérdida de balón), que Raúl López desperdiciase dos tiros libres a pocos segundos del límite (77-80) y que Bullock, estelar incluso en la fatiga y la debacle, permitiese a Chikalkin forzar la prórroga con un triple, en vez de hacerle falta. Naturalmente, también aquello sucedió.
En el suplemento el Madrid reincidió en los triples suicidas, precipitados, mientras el equipo ruso-lituano (el entrenador y tres jugadores son bálticos) encestaba triples en cadena (20 puntos en 5 minutos). Ya no machacaba Stombergas, que había mantenido al Unics en las mejores rachas del Real Madrid, pero sí Ksistof Lavrinovic, quien con su hermano gemelo como testigo en la grada (lesión) puso la puntilla al encuentro y a las ilusiones madridistas de un primer triunfo a domicilio en la Copa ULEB.
Tres compromisos fuera, tres derrotas (Den Bosch, Estrella Roja, Kazan). Está claro que al Madrid, como si fuese un espalda mojada ante el Río Grande, le asusta cruzar fronteras. Su situación no es aún grave en la ULEB, pero tampoco buen prólogo para recibir el sábado al Barça en la ACB.