Bullock impone su ley en el fortín del Fuenla

La novena (nueve de nueve) llegó con truco. Fueron ocho minutos de estupor en los que se decidió el partido. Parcial de 0-16 para el Real Madrid. Del 25-23 a favor del Fuenla con que había terminado el primer cuarto al 25-39 (min. 38) que garantizaba la victoria visitante. Joan Plaza y sus jugadores podrían haberse marchado tranquilamente al vestuario y preparar las bolsas para el viaje a Rusia de esa misma tarde. El fortín del Fuenla había caído por primera vez en la temporada y el liderato madridista se mantenía incólume.

Pero ya hemos descubierto la estratagema de Joan Plaza. Al reanudar el juego en el segundo cuarto los jugadores del Fuenla se encontraron ante cinco rivales totalmente distintos y creyeron que estaban en otro partido diferente al del inicio. "Os han abducido fuerzas esotéricas", les dijo una voz misteriosa desde la banda (creo que Zan Tabak). El buenazo de Wideman se quedó paralizado, sus compañeros corrieron a esconderse tras su ancha figura y el Madrid, ahora con Raúl, Smit­h, Mumbrú, Felipe y Hamilton en lugar de Tunceri, Bullock, Tomas, Hervelle y Varda, aprovechó para jugar solo durante casi nueve minutos.

Cuando Luis Casimiro reaccionó (nuevos jugadores, cambio fugaz a defensa en zona, tiempos muertos...) la batalla estaba perdida. El Madrid, incluso, aprovechó los puntos débiles del Fuenla para aumentar su ventaja hasta 23 puntos. Cuando descansó Tom Wideman la supremacía madridista en rebote se hizo insultante. Y cuando Casimiro probó la defensa en zona, Bullock y Smith la reventaron como si le pinchasen el globo a un niño.

La ejemplar afición fuenlabreña no cesó de alentar a su equipo, pero estaba claro que el Madrid tenía no uno, sino dos quintetos superiores. Incluso el undécimo jugador blanco (Hernández Sonseca, que reapareció) sería titular en el conjunto fuenlabreño con sus 2,12 m. Eso por no hablar del gigante bosnio Sinanovic (2,22) al que Plaza ha enviado a la LEB-2 porque le sobran espárragos en la nevera.

Sin forzar la máquina, repartiendo minutos, el Madrid se impuso sin agobios. Extrañó algo, en cualquier caso, que Joan Plaza exprimiese a Sweet Bullock durante 23 minutos. Creo que es simple cuestión estética. Cuando dispones de una estrella al que le bastan diez tiros a canasta para sumar 17 puntos, todos de bella factura, es un pecado privarse del espectáculo. Porque con Sweet en pista sólo cabe una opción: sentarse y disfrutar.