Mundobasket 2006 | Puerta atrás
Guerra de estrellas
El Mundial se ha convertido en un mano a mano Europa-América. En cuartos, seis equipos europeos (España, Lituania, Turquía, Francia, Grecia, Alemania) frente a Estados Unidos y Argentina, todos repletos de figuras.
Rusia, la gran ausente. Muchos se preguntarán: ¿Y Rusia? ¿Qué ha pasado con Rusia en este Mundial? Sencillamente, que no ha estado. No logró visado en el Europeo correspondiente y tampoco fue invitada luego a Japón por la FIBA. El desmembramiento de la URSS y Yugoslavia ha demostrado que, en baloncesto, el secreto de los éxitos estaba tanto o más en los colonizados (Lituania, Eslovenia...) que en los colonizadores (Rusia, Serbia). Sin los lituanos Sabonis, Marchulenis, Homicius y compañía, el oro olímpico de Seúl-88 quizá no hubiese ido al palmarés soviético.
Lituania, la meca del basket.Los recién nacidos miden dos metros y llegan con un balón de basket en la mano. Sólo así puede explicarse que un país de tres millones y medio de habitantes conquiste medallas en todas las máximas competiciones y disperse jugadores por todo el mundo como un géiser inagotable. Asombra que la pequeña Lituania tenga en Japón un equipo capaz de competir con Estados Unidos o Argentina. Pero más impresionante aún es que habría podido traer otra decena totalmente distinta y aún mejor. Atención a las renuncias o bajas por diversos motivos: Jasikevicius, Ilgauskas, Siskauskas, Kaukenas, Salenga, Slanina, Ginevicius, Stombergas, Zukauskas, Timinskas... Todos hombres de nivel destacado en la NBA o en ligas europeas.
Pau y Boris, caminos distintos.Pau Gasol tuvo la fortuna de recibir pronto minutos, confianza y titularidad en Memphis. Para el francés Boris Diaw, elegido el jugador de más progresión esta temporada en la NBA, el camino a la cumbre americana ha sido más tortuoso. Estuvo dos temporadas traumáticas en Atlanta, sin oportunidades. Creyeron haberse quitado un paquete cuando le traspasaron a Phoenix, y se rieron cuando Mike D'Antoni, entrenador de los Suns, anunció que Boris Diaw era un jugador capaz de sumar 30 puntos en un partido y de actuar en las cinco posiciones. Pocas semanas después, Boris anotaba 31 ante Minnesota y demostraba, como hace en el Mundial con Francia, que puede alinearse como base, o reemplazar a un pívot como Amare Stoudemire.
Líderes y talismanes. Años atrás, los líderes indiscutibles de la Selección fueron Emiliano y Buscató. Y recuerdo que en un campeonato, para motivar a sus compañeros, eligieron un amuleto extraño: unos calzoncillos que encontraron abandonado la primera tarde en el vestuario y que colgaron luego cada día de partido mientras jugaban. Volvieron a casa con una medalla de plata.