Torneo de Singapur | España 80 - Serbia y M. 65
España evitó la revancha de Serbia con un recital
La Selección sigue invicta tras ocho encuentros de preparación
No te lo vas a creer, querido Antonio (Díaz-Miguel). La Selección, tu Equipo Nacional, ha estrenado problema: no sabe perder. Busca y busca un rival que le muestre los puntos débiles, los defectos a corregir, pero no lo encuentra. Ha echado pulsos contra equipos de cuatro continentes (Argentina, Angola, China, Serbia, Polonia y Eslovenia) y siempre ganó con holgura. A pocos días del Mundial España vuela tan alto que empieza a sentir vértigo. ¿Será verdad que estamos por encima de todos?
Ayer, Antonio, le metimos un repaso a Serbia, o Yugoslavia, como prefieras. Les habíamos zurrado una semana antes (83-62) y salieron picados, sedientos de revancha. 4-10 en un parpadeo, con triples de Rakocevic y encestes de Milicic. La respuesta fue contundente: 15-0 en tres minutos. Al cerrarse el primer cuarto, el quinteto mágico de Pepu había puesto ya las cosas en su sitio: 27-20. Y eso con Pau Gasol sin encontrar su sitio, despistado como una golondrina en el metro.
Los tiempos han cambiado, Antonio. La situación ha dado la vuelta como un calcetín. Cuando jugábamos contra Yugoslavia tú entregabas de antemano el partido. Sensatamente, dejabas la faena en manos de los suplentes para que descansasen los titulares. Era una misión imposible. Ayer fue Dragan Sakota el que arrojó la toalla. Comprobada la impotencia de sus titulares (que no son, evidentemente, digno relevo de la quinta de Djordjevic y Bodiroga), lo intentó con los reservas, menos prolíficos en ataque, pero muy agresivos en defensa. Frenaron temporalmente la escapada española (35-29, min. 14), pero bastó que Pepu deshiciese en parte la rotación de jugadores para que España se distanciase de nuevo. La metralleta de Navarro, el multiuso de Garbajosa y la enorme aportación de Felipe Reyes (peleón y efectivo) encarrilaron el triunfo al llegar el descanso (49-38).
En el tercer cuarto, sentencia. Cambió el rostro del partido, el machete en los dientes, la defensa feroz en lugar de la fluidez atacante. Y también ahí fue superior España. Parcial de 16-13 en ese asalto. Serbia se estrelló contra la defensa alternativa española. Se esforzaban atrás, pero Rudy y Calderón se mostraron imparables. Con 65-51 (min. 30), el técnico serbio se rindió a la evidencia: misión imposible. Titulares al banquillo y renuncia a pelear. Los suplentes españoles elevaron la ventaja hasta 24 puntos. No vas a creerlo, Antonio. España no sabe perder. Contra nadie.