Baloncesto | España 80 - Polonia 57
Festín rojo ante Polonia
Sigue la marcha positiva de la Selección española en su camino hacia el Mundial de Japón. Enun Madrid Arena abarrotado (10.200 espectadores, 5.893 camisolas rojas), batió a Polonia (quinto triunfo en otros tantos partidos) y hoy se medirá a Argentina en la final (18:00, La Sexta).
Festival rojo en las gradas (5.893 aficionados al Rojo Vivo, nuevo récord en esta singular campaña) y vendaval azul en la pista. Porque España, curiosamente, vistió de azul. Fallo de coordinación, como el hecho de presentar al equipo polaco al son del himno lituano. Simples anécdotas. De igual modo que en los amistosos cuenta más la imagen que el resultado (y España cumplió de largo en ese aspecto), ayer se logró también el objetivo de convertir en fiesta la visita a Madrid del equipo nacional. Sobresaliente respuesta del público, que llenó el Madrid Arena (10.200 espectadores) y puede convertir un anodino fin de semana de agosto en gran cita promocional del baloncesto.
Imagen, sí. Cifras al margen, España se mostró siempre más alta, más rápida y más fuerte que Polonia, bestia negra de nuestro equipo cuarenta años atrás. El tiempo ha pasado en balde para ellos, congelados en tercera división europea, pero ha sido bien aprovechado por el conjunto español, catapultado a la élite mundial.
Tras un empate a 9 en el minuto 5, los jugadores de Pepu Hernández apretaron el acelerador, quemaron goma (triple de Garbajosa, mate de Jiménez, triple de Pau...) y se escaparon en el marcador con 10-0 en tres minutos. A partir de ahí, puro trámite. España tuvo que luchar más contra la tentación de relax que contra el peligro polaco. En el descanso, el 40-24 invitaba al desenganche mental.
Gran prueba.
Sosiego en la segunda parte del choque. Con el piloto automático, Gasol y camaradas ensayaron diversos tipos de defensa e hicieron circular el balón en los sistemas de ataque. Todos pensaban ya en el partido de hoy contra Argentina, el campeón olímpico, inmejorable test para calibrar la fuerza y las posibilidades de nuestro equipo. Manu Ginóbili y Chapu Nocioni crearán muchos más problemas que los aleros polacos. Y Luis Scola pondrá a prueba la solidez defensiva de los pívots españoles.
El quinto capítulo en la preparación mundialista, en cualquier caso, confirmó que en el equipo español hay poca diferencia entre titulares y suplentes. Las rotaciones no alteran apenas el rendimiento. Incluso los invitados Marc Gasol y Edu Hernández Sonseca se muestran útiles. Ayer descansó el segundo de ellos y se supone que hoy lo hará Marc. Tras este torneo uno de ellos quedará descartado de la lista.
El 89-57 final, sin que España se emplease a fondo, evidencia que nuestra Selección hace bien en plantearse objetivos máximos en cualquier campeonato. Hay piezas de garantía en todas las posiciones. Bases con calidad, fuerza y experiencia (Calderón y Cabezas cerca de su cima, Sergio en plena escalada), escoltas creativos y veloces (Navarro y Rudy derrochan talento, Berni aporta garra y pundonor) y en los hombres altos hay un abanico idóneo desde el polifacético Garbajosa al fuera de serie Pau Gasol. Quizá el punto menos fuerte esté en los aleros, pero es un pecado dudar de la valía de Carlos Jiménez, y el buen momento de Mumbrú será una gran ayuda. Hay equipo, ambición y hoy un gran rival para extraer deducciones. Argentina, campeón olímpico, espera en el Madrid Arena.