NBA | Kareem Abdul-Jabbar
"Pau Gasol engrandece a los Memphis Grizzlies"
38.387 puntos, seis anillos de campeón NBA y tres títulos universitarios con la universidad de UCLA contemplan la carrera de Kareem Abdul-Jabbar, máximo anotador en la historia de la NBA. Kareem habló en exclusiva para AS sobre Pau Gasol y sobre sus vivencias.
Capitán, Cap (así se conoce en los Lakers a Kareem), gracias por hablar con alguien de España. No lo hace usted muy a menudo...
Hablo un poquito de español, pero muy poco. Lo que me enseña Rudy Garcidueñas, nuestro jefe de material. A veces he ido a la playa, cerca de Málaga. No recuerdo que haya hablado así a solas, con algún periodista de España. "Ven, siéntate, aquí".
(La entrevista, en inglés, toma sitio en la antesala de las oficinas de los técnicos de Los Angeles Lakers, en el Staples Center. Casi con 59 años, Kareem es el entrenador especial de los jóvenes pívots de los Lakers de Phil Jackson. Le cuesta trabajo soltarse. Reflexivo. Alza sus 218 centímetros de altura, toma un plato del buffet, lo llena con alitas de pollo fritas, las rocía con crema, añade fresas... y allá vamos).
La primera pregunta de cualquier español es lo que piensa Kareem Abdul-Jabbar de Pau Gasol y de que un jugador español, o europeo por extensión, haya jugado el All-Star Game. En sus dos décadas en la NBA, esto hubiera sido casi inconcebible...
Gasol es un gran jugador que ha merecido ser All-Star porque con su consistencia ha engrandecido a su equipo, a Memphis. Es el punto de apoyo de su club. En mi idea, el baloncesto es un deporte de equipo, donde cada jugador debe ayudar en su medida. El propósito de Gasol es apoyar a su equipo con su consistencia. Así se ha merecido jugar el All-Star Game. El baloncesto se ha hecho muy popular en todo el mundo. Apenas cuesta dinero jugarlo. Las imágenes de los 81 puntos de Kobe Bryant se han visto en todo el mundo. Los 100 puntos de Chamberlain en 1962, sólo los vieron los 4.000 espectadores de aquel partido, en Hershey, Pennsylvania. El resto escuchó la radio, o tuvo que leer los periódicos.
Otro hecho casi inimaginable en su época: las selecciones de EE UU pierden y pierden en los eventos internacionales. ¿Cómo lo explica? ¿Qué espera?
Demasiadas veces, los equipos estadounidenses no han sido los mejores para ir a grandes campeonatos. Salvo, quizá, en los Juegos Olímpicos de 1992. Hay que ir con el mejor equipo. Nada es difícil si el equipo tiene entusiasmo, cohesión y deseos de ganar. Creo que en el próximo Mundial de Japón, EE UU será mucho mejor con Kobe Bryant y con LeBron James.
¿Qué opina de todo esto su viejo entrenador aquí en UCLA, John Wooden, 'El Mago de Westwood'? Sabemos que a sus 95 años, el Coach Wooden aún le da consejos. ¿Le sigue llamando Lewis? (El nombre de pila de Jabbar antes de convertirse al islamismo fue Lewis Ferdinand Alcindor: Lew Alcindor).
(Mirada fija) No, Coach Wooden ya no me llama Lewis. Sí: aún hablamos. Analizamos el panorama. Como yo, está sorprendido de la popularidad que ha alcanzado el juego. Buena parte de esa popularidad es un testimonio al trabajo de hombres como él, los entrenadores de la antigua escuela en universidades como UCLA (Universidad de California en Los Angeles).
Usted es un caso único: tiene trato directo con Kobe Bryant como técnico, y se enfrentó con Wilt Chamberlain. Ahora, qué le impresiona más. ¿Los 81 puntos de Kobe, o los 100 de Wilt?
Me impresiona más la proeza de Kobe por su variedad y versatilidad de recursos. Lo que hizo Wilt fue terrorífico, pero, aunque hoy también sería muy duro de pelar, su arsenal era más limitado. Ni Kobe es egoísta, ni Wilt lo fue. Para ganar, sus equipos necesitaban la máxima producción de ambos. Sé que Kobe prefiere ganar el título, aunque promedie sólo 20 puntos. Pero los Lakers no van a ganar mucho, si se sigue así, porque Kobe acabará exhausto. Para que los Lakers ganen más cosas, él necesita más ayuda, como Jordan con Pippen o Magic conmigo.
Usted fue muy amigo del actor Bruce Lee. Se decía que llevaba el número 33, en homenaje a la edad con que murió Lee.
Bruce era para mí un segundo John Wooden, un maestro del autocontrol. Pero yo llevaba el 33 desde el Instituto (high school) Power Memorial, en Nueva York: mi jugador favorito en fútbol americano tenía el 33. Era Mel Triplett, un fullback de los New York Giants: un bloqueador.
Aun hoy día, la gente en España admira su sky hook, su "gancho del cielo". ¿Cómo lo hacía?
Hombre, eso es de otro siglo... lo aprendí en quinto grado, en high school. Trabajé el "Ejercicio Mikan", la manera de tirar el gancho con izquierda o derecha, como hacía George Mikan. Cuando jugaba contra los veteranos, era el único tiro que no me taponaban. Me sirvió mucho desde joven y después ya fue como una segunda naturaleza. En la universidad, en UCLA, Coach Wooden trabajó para elevar más la trayectoria: como sabrá, la NCAA prohibió encestar hacia abajo, en el momento en que yo llegué a UCLA. Y es difícil pensar que no fue algo especial contra mí. Pero los vuelos del Doctor J y de Jordan dejaron el gancho como algo arcaico: ya no es sexy, así que se ha olvidado, aunque nuestro chaval, Andrew Bynum, sigue aprendiendo de mí esos movimientos de espaldas a canasta: las cosas que me enseñaba Coach Wooden. Fui feliz cuando vi a Andrew anotar así ante Shaquille O'Neal y vi que esas cosas aún funcionan.