El Madrid pierde y amordaza al público

Mientras el Akasvayu daba cuenta del Madrid en el terreno de juego (segunda vez esta temporada), en las gradas de Vistalegre los forzudos del servicio de seguridad arremetían contra los portadores de una pancarta que no llegó a desplegarse del todo, pero que decía lo siguiente: "Si no os gusta la sección iros todosa la m..., y tú Floren el primero". Más aún: en el colmo del ridículo y la prepotencia, se retiró ambién una pancarta que era simplemente una sábana en blanco. Bravo. Prohibido discrepar. Incluso estar. Prohibidas las caricaturas del profeta. El partido. Terminado el encuentro, de camino al metro, escuché comentarios tan instructivos como estos: "Con este Madrid ya se sabe: unos días se pierde y otros no se gana". "El Madrid no tiene un base desde que se marchó el que hoy ha jugado contra nosotros (Raúl López)". "Diecisiete partidos en casa, 17 ausencias del presidente". Refl ejada la voz del pueblo (sabia), desarrollaré algunos apuntes de mi block de notas. Primero: generosidad. Sí: porque fue la generosidad en el esfuerzo defensivo y en los sistemas de ataque lo que hizo pensar, durante 25 minutos (51-37) que el Madrid superaría con brillantez la ausencia de Bullock y las restantes carencias del conjunto. Por primera vez en mucho tiempo el Madrid jugaba en equipo, con múltiples ayudas atrás y rápida circulación del balón delante. Eso explicaba el 1 de 8 del Akasvayu en triples, y la ventaja madridista de 14 puntos.

Pero quedaban 15 minutos por jugar. Y en ese tiempo sólo hubo un equipo sobre la cancha: el gerundense. El Madrid, fatigado, afl ojó en defensa y le llovieron los triples (7 de 10 en la segunda parte, 3 de 4 Germán Gabriel) y le llovieron también contragolpes (¡incluyendo uno culminado por Dueñas!). El Akasvayu interpretó de maravilla el juego de transición (Raúl, ciertamente, sí es un base).

Con un parcial de 9-31 el equipo catalán tomó el mando, hasta un margen máximo de ocho puntos (60-68, min. 34), ante un Madrid que no cesaba de perder balones. Maljkovic recurrió a Josh Fisher, pero éste aún actúa con el freno de mano echado y no aportó nada. Para colmo, Gelabale falló el último tiro, la opción de prórroga.

Toby Bailey no pasó la prueba

La semana de prueba para el alero estadounidense Toby Bailey ha sido negativa. En los entrenamientos con el Real Madrid ha demostrado estar recuperado físicamente de su operación en la espalda, pero también se ha visto que le falta ritmo de juego. Por ello, no fichará por el equipo blanco.