Garbajosa pone la Copa más lejos para el Madrid

Ganar en Badalona al Joventut (que lleva seis victorias consecutivas) o esperar que Estudiantes falle en casa ante el Granada. Así está la perspectiva copera para el Real Madrid, al que el Unicaja infligió ayer una dura derrota en la que, de paso, quedaron en evidencia detalles importantes. Primero: Scariolo tiene en sus manos un equipazo, un bloque sin fisuras, con dos excelentes jugadores en cada puesto y dos estrellas de máxima dimensión: Garbajosa y Marcus Brown. Segundo: como no fiche, el Madrid firmará una temporada mediocre, tirando a lacrimógena. Con una rotación de sólo ocho jugadores no quedan ya opciones a títulos en la ACB ni en Europa. Ayer, Boza intentó que Sonseca fuese el noveno, pero tras verle fallar dos tiros bajo el aro le devolvió al banquillo; aquel extraordinario choque le venía grande al blando gigante.

Entrega total. Sí: extraordinario encuentro, sobre todo por la admirable entrega de los jugadores, desde el primero al último, en ambos bandos. En esas circunstancias decidió la mayor profundidad del banquillo malagueño. El Madrid, con impresionante espíritu de lucha, logró compensar el recital de Unicaja en la primera parte (25-39, minuto 19) y acercarse a tres puntos (38-41, min. 24), pero entonces emergió Marcus Brown, inédito hasta entonces, y aquello fue ya demasiado para las energías blancas. En la apertura del último cuarto el Real aún mantenía opciones (50-52), pero Felipe, Rakocevic, Hervelle y compañía estaban literalmente exhaustos. Garbajosa, implacable en loz tiros libres (8 de 8 en el último periodo) clavó el rejón de muerte, culminando una impecable actuación personal. Porque Jorge fue rey de reyes, el mejor en todos los aspectos, incluyendo el derroche físico. Aguantó 38 minutos en pista y acabó como empezó: imparable.

Unicaja controló de principio a fin. En el descanso, su base suplente, Cabezas, había aportado 7 puntos, por cinco del dúo Rakocevic/Bullock. Aquella gran defensa malagueña cimentó una gran victoria.