El Madrid de Rakocevic enseña al fin sus garras

Aviso a navegantes: ayer, al fin, se vio el primer boceto del Madrid del futuro, el equipo que su actual artífice, Boza Maljkovic, pretende que sea el Madrid de Rako. 'Sobre tí, Ivo, construiré el nuevo Real Madrid', debió decirle Boza a Rakocevic para conseguir que éste rechazase la continuidad en el Pamesa y aceptase el traslado al equipo blanco. Y en torno a Rako, en efecto, diseñó Maljkovic su nueva plantilla. Pero hasta ayer, frente al Breogán, no han podido vislumbrarse los primeros destellos de un Rako convertido en líder y motor del ciclón blanco, un huracán en defensa y ataque que destrozó sin piedad al resignado equipo lucense. Todo puede quedar en simple anécdota (la Copa aún no es segura para el Madrid), pero al menos hemos visto una muestra de lo que Boza tenía en mente y, por lesiones y falta de actividad con sus compañeros, Ivo Rakocevic no había podido plasmar en hechos.

Insisto: al Madrid aún le falta sellar el billete copero y aún tiene en el aire refuerzos esenciales, pero empieza a notarse la química, la complicidad entre Rako y sus camaradas. Garra en defensa y explosividad en ataque. Por un día no hubo supeditación a Bullock. Todos se implicaron y todos tuvieron protagonismo. La crisis sigue al acecho, pero ya se ha visto el modo de atajarla: el Madrid de Rako. Quede claro, también, que el Breogán fue más aliado que rival en la rehabilitación madridista. El equipo lucense llegó con bandera blanca y, pese a recibir sablazos como bienvenida, renunció a pelear.

Pitos a Boza

El Madrid sentenció ya en el primer periodo (27-10), pero no levantó el pie del acelerador e incrementó su ventaja a 33 puntos (72-39) antes de acabar el tercer cuarto. El único problema para el equipo local había sido un amago de lesión de Hervelle (rodilla izquierda), que encabezaba la relación de anotadores en el Real, por delante de los habituales Bullock y Rakocevic, e incluso de Hamilton y Reyes, más activos que nunca por las facilidades contrarias. Por todo ello, los aficionados abuchearon a Maljkovic cuando ordenó la vuelta a pista de Hervelle, aunque la diferencia (76-50, min. 33) aconsejaba ya reservarle y dar minutos a los olvidados del banquillo.

Boza captó el mensaje, sacó del trastero a Héctor García, Sonseca y Sinanovic y los silbidos se rocaron en ovaciones. Con un quinteto inusual en cancha (los tres citados, más Gelabale y Marko Tomas) el Madrid mantuvo la escalada y la ventaja llegó a 45 puntos (96-51) un minuto antes del final. Los Reyes Magos de Lugo habían pasado por Vistalegre.