Bullock y Reyes llevan la final al quinto partido

Será el domingo, en Vitoria, donde conoceremos el nombre del campeón. Los dos equipos han hecho méritos para serlo, ambos han justificado sus posiciones de vanguardia en la Liga Regular y ahora nos brindan una final apasionante. Los partidarios del playoff ganan posiciones ante los detractores.

Empate a dos en la serie. De una forma simplista podría decirse que esta vez la fuerza pudo con la clase, pero ¿quién niega talento a jugadores como Bullock o Felipe Reyes, cuya labor encestadora fue determinante? ¿Y quién niega potencia y garra a Calderón o Scola, tan fogosos atrás como delante? Hay que dejarlo, por tanto, en lo que predomina, en la imagen global. Según eso, la defensa, el rebote y los contragolpes (junto a Bullock y Felipe) dieron en esta ocasión el segundo punto al Madrid, imponiéndose a la facilidad encestadora y la disciplina baskonistas.

La clave.

Pero vayamos con lo más polémico del choque: la expulsión de Dusko Ivanovic por doble técnica. Tras dos primeros cuartos nivelados (37-35) el Madrid pisó el acelerador en el tercer cuarto y se escapó a 16 puntos (58-42) con un hachazo de 21-7. Defensa, contragolpe y rebote eran sus armas. El Tau, pese a todo, remontó en el último cuarto, impulsado por Calderón y un fantástico Sergi Vidal. A dos minutos y medio del final la solución volvió a estar en el aire (69-65) y fue entonces cuando al preparador montenegrino se le cruzaron los cables. Protestó airadamente una falta de Sergi a Bullock y Mateo Ramos le mandó a la caseta, mientras Bullock lanzaba seis tiros libres consecutivos (falló el último) y Hamilton aprovechaba la posesión añadida para redondear un 7-0 que era la puntilla para su equipo (76-65, minuto 38).

A pesar de aquello el Tau no arrojó la toalla, provocó tiros libres (hubo 28 en los últimos 90 segundos) y se aproximó de nuevo a cuatro puntos (84-80), pero aquel coletazo final ya no prosperó.

Después de tres asaltos con excelente arbitraje, el cuarto bajó de nivel. Pienso que los colegiados intentaron ser equitativos, pero hubo demasiados errores. Para el quinto y definitivo asalto los clubes han consensuado el mismo trío que dirigió el tercer choque: Martín Bertrán, Arteaga y Perea.

Récord de público madridista

Los 14.500 espectadores que presenciaron ayer el encuentro en el Palacio Vistalegre constituyen la mejor entrada de siempre en un partido del Real Madrid en terreno propio, superando los 14.200 de esta misma campaña frente al Barcelona. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que estuvo ayer en el palco, acudirá también mañana al Fernando Buesa Arena vitoriano para asistir en directo al quinto asalto de la final ACB.