Playoffs | TAU 74 - Real Madrid 68
El Tau endurece la final y gana el segundo asalto
Equilibrio en la final ACB (1-1). El Tau se empleó con enorme garra en defensa y abrumó a la ofensiva madridista, estableciendo una diferencia máxima de 22 puntos. Esta vez, la remontada del equipo blanco no fructificó. El miércoles, en Vistalegre, tercer asalto.
Ochenta y dos puntos no le habían servido en el primer partido (82-84), así que el Tau buscó la victoria por el segundo camino: morir en defensa. Y esta vez le bastó con anotar 74 para adjudicarse el triunfo (74-68), igualar la eliminatoria y viajar a Madrid, el miércoles, con la moral intacta. Si el Real pide guerra, la tendrá. Si Maljkovic quiere guerreros, Ivanovic tendrá kamikazes. Si hace falta echar fuego por los ojos, considerar a Felipe Reyes un talibán al que anular a cualquier precio, se cumple la misión. Guerra santa.
Exceso de fogosidad al margen (mal controlada por los árbitros al principio), el Tau hizo lo que debía: analizar los errores del primer choque y rectificarlos. Scola volvió a quedar en 8 puntos, agobiado por la defensa rival, pero aportó mucho a su equipo doblando pases a Splitter o Kornel David. El juego interior vitoriano salió vencedor en conjunto. Y en el perímetro, aunque Macijauskas encontró también un gran dispositivo para frenarle, Travis Hansen lo complementó con triples oportunos, al tiempo que desarrollaba un marcaje sensacional a Louis Bullock. La inclusión del escolta mormón en el quinteto inicial fue un gran acierto de Dusko Ivanovic.
Enrabietado por el fracaso del primer día y espoleado por un público caliente, el Tau fue una furia en los dos primeros cuartos, con un parcial de 21-2 entre los minutos 5 y 14 que le llevó hasta 22 puntos de margen (34-12). Maljkovic también había planteado sorpresas de salida (Larrañaga, Burke...) pero en este caso dieron rendimiento negativo.
Desgaste
. Poco a poco el técnico madridista recompuso su defensa y frenó el vendaval baskonista. Pero en ataque no hubo adecuada réplica, porque sólo Felipe Reyes y Sweet Bullock, esporádicamente, levantaron cabeza ante el agresivo marcaje rival. Las rotaciones bajaron el nivel anotador del Tau, pero nunca su intensidad defensiva. El juego interior madridista no emergió como en el primer asalto, sobre todo Burke.
A pesar de todo el marcador se estrechó, pero más porque el Tau se tomó un respiro (era imposible mantener aquel nivel de revoluciones) que por aciertos madridistas. El tercer periodo acabó en +9 para el equipo alavés (como el viernes) y hubo un amago de repetirse la historia cuando el Real se acercó a 6 puntos (69-63, min. 36). Pero era la noche inspirada de Dusko Ivanovic: reemplazó a Calderón por Prigioni y la experiencia del argentino se hizo notar. En el Madrid, por contra, faltaba Mous Sonko, eliminado por faltas, y también fue un factor clave.
Agresividad en cotas peligrosas
De igual igual forma que los cuerpos técnicos de ambos equipos han de analizar meticulosamente el vídeo de los asaltos anteriores, los ábitros que actúen en los próximos encuentros de la serie tendrán que estudiar en profundidad algunos detalles que pueden crear problemas en su correcto desarrollo. Fogosidad no es lo mismo que agresión, y en el partido de ayer hubo excesivo ímpetu en algunos jugadores, sin que los colegiados lo controlasen con prontitud. Luis Scola se empleó con violencia frente a Felipe Reyes, y hubo que esperar hasta el tercer mamporro para que el colegiado principal advirtiese seriamente al pívot baskonista. En el primer partido también hubo feos hachazos de Burke a Macijauskas. Todo ello debe tenerse en cuenta para impedir que la final se desboque.